24

1.3K 150 27
                                    

Ya habían pasado dos meses desde que Alan había hablado conmigo y todo iba muy bien.

Dicen que el tiempo puede reparar casi todo. Si me lo hubiesen dicho hace dos meses, no lo hubiera creído pero ahora lo hago.

Después de que Alan irrumpiera por última vez en mi habitación, las cosas comenzaron a volver a la normalidad.

Los primeros días habían sido complicados porque cuando acompañaba a Eri a ver a su novio, Alan siempre estaba por ahí y era lógico, estaban en la misma facultad estudiando lo mismo pero poco a poco dejé de pensar en Alan, o al menos ya no lo hacía como antes.

― No puedo creer que no presentaras ningún final ―dijo Bryan cuando nos subimos al auto―. Después de lo que pasó con...

― Pues ya ves que no pudo conmigo ―sonreí y me abroché el cinturón.

― Te juro que nunca antes te vi así de enamorada de alguien ―encendió el motor―. Déjame hacerte una pregunta―asentí―. ¿Aún lo quieres?

― Mucho ―lo miré tristemente―. Pero me quiero más a mí y no iba a permitir que él me derrumbara de esa manera.

― Que profunda.

― Ya vámonos ―sonreí e hice sonar el claxon.

Bryan me prometió que después de presentar su último examen final, iríamos al centro comercial a comer algo y luego iríamos al parque a rentar un par de bicicletas.

― ¿Qué se te antoja comer? ―preguntó mientras buscaba un lugar para estacionarse.

― A ti, bombón ―sonreí.

― JA ―dijo con sarcasmo―. Yo quiero sushi.

― Bah ―hice una mueca―. Yo quiero algo lleno de grasa ―solté y Bryan se rio por el gesto que hice.

Cuando por fin encontró un lugar para estacionarse, nos bajamos del auto y caminamos directo al área de comida. Entramos a un restaurante.

― ¿En serio quieres algo lleno de grasa? ―preguntó mirando el menú.

― ¡Claro! ―sonreí y pasé mi mirada por todos los tipos de hamburguesas que había.

Al final Bryan pidió el sushi que dijo que pediría y yo pedí una hamburguesa con papas a la francesa.

― ¿Vas a acabarte eso? ―asentí―. Vaya que tienes hambre.

Durante la comida estuvimos hablando acerca de lo que haríamos en las vacaciones. Resulta que él se iría a Europa con uno de sus amigos y en cuanto a mí, bueno, yo estaría en casa hibernando y preparándome para el siguiente semestre.

― Si pasas por Francia, tráeme una Torre Eiffel miniatura de cristal.

― No pides nada ―se burló.

― Puedo darte dinero, si ese es el problema ―arqueé una ceja.

― Per...

― ¡Es broma! ―sonreí y le lancé una papita.

― No me causan gracia tus bromas ―me miró con expresión seria―. ¡Es broma! ―me imitó.

― JA.

Después de que Bryan pagara, caminamos un rato por la plaza. Incluso entramos a un par de tiendas de ropa ya que Bryan quería comprar suéteres para cuando se fuera de viaje.

― ¿Qué voy a hacer sin mi mejor amigo todo un mes? ―pregunté haciendo un puchero.

― Puedes salir con alguien ―dijo viendo un suéter azul rey―. ¿Te gusta? ―asentí.

No Angel | Alan Navarro |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora