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Las clases estaban siendo más relajadas de lo normal y eso me asustaba, seguramente nos estaban dando un pequeño descanso y de repente nos llenarían de tareas y proyectos.

― Me enteré de que saliste con Alan ―dijo Eri mientras esperábamos a que fuera nuestro turno en la fila de la cafetería.

― ¿La semana pasada? Ya sabías, ¿no? ―fruncí el ceño y avanzamos un poco.

― No. El fin de semana ―me miró.

― ¿Cómo lo sabes? Además, ni siquiera salí con él. Sólo me llevó a mi casa.

― Lo sé porque tanto su facultad como la nuestra lo sabe ―giré la cabeza con un movimiento brusco provocando un pequeño dolor en mi cuello y la miré expectante.

― Pero te lo he dicho, ―pausé― sólo me llevó a casa.

― Trata de decirle eso a todos. Alguien los vio y corrió ese rumor ―se encogió de hombros y entonces fue nuestro turno de ordenar.

Después de que ordenáramos nuestra comida, nos dirigimos a las mesas y esperamos a que nos llamaran para recoger nuestra orden. Esperamos alrededor de diez minutos.

― ¿Qué harás el fin de semana? ―preguntó mientras agarraba un par de chilaquiles con su tenedor.

― Estudiar ―hice una mueca― ¿y tú?

― Supongo que lo mismo ―se encogió de hombros y metió el tenedor a su boca.

― ¡Aquí está mi tarada favorita! ―dijo rodeando mi cuello con sus brazos.

― ¡Oye! ―me quejé y golpeé sus brazos para que los quitara.

― Ya, perdón ―los retiró y se sentó a mi lado― ¿Me regalas un poco?

Asentí y llené el tenedor con un poco de enchiladas, después llevé el tenedor a su boca.

― Oye, ―me miró― ¿es cierto eso de los rumores acerca de Alan y yo?

Bryan asintió mientras masticaba.

― ¿Sabes quién inició el rumor? ―negó y luego agarró un servilleta para limpiarse la boca.

― No hagas caso de eso ―negó con la cabeza.― Sólo tú, él y yo sabemos lo que en verdad pasó y eso es lo que importa, ¿de acuerdo?

― Sí. Es que ya sabes que no me gusta que hablen de mí ―sonreí.

― Mientras estés involucrada con Alan, ellos hablaran. Les impresiona que muestre algo de interés en ti.

― Él no...

― No trates de negarlo ―me interrumpió Bryan.― Ya te he dicho como es él.

Bufé ante su comentario y seguí comiendo. No quería seguir hablando de Alan.

― Las dejo ―anunció y se levantó de la silla para salir de la cafetería.

+ + +

― Podemos repartirnos el trabajo y el fin de semana nos reunimos para juntarlo todo, ¿te parce? ―sugirió Eri.

La profesora de mercadotecnia nos había dejado un proyecto para poder tener derecho a su examen la siguiente semana así que no tendría vida social este fin de semana. Aunque siendo honesta, no tengo una vida social muy activa.

― Me parecer bien ―sonreí.

― Tu trasporte llegó ―anunció Eri señalando al estacionamiento.

Visualicé a Bryan pero de inmediato otro auto lo tapó.

Adivinen quien se bajó. Ajá, Alan.

Me despedí de Erika y caminé hacia el estacionamiento. Cuando estuve más cerca, vi a Alan y Bryan hablando tranquilamente pero no estaba demasiado cerca de ello para escuchar de qué hablaban así que me acerqué sigilosa y me escondí detrás de una van.

No Angel | Alan Navarro |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora