Tormentas y demás pensamientos de madrugada.

seis.

Me preguntaron que cómo era amarte.
Les dije que abstracto, que no tenía forma.
Se rieron,
escépticos.
No saben que amarte es sentir todos tus músculos en tensión,
sentir que te ahogas y los pulmones no se llenan del suficiente oxígeno,
que estás en una carrera constante y no puedes más.
Es sentir el sudor frío en la frente y que tus rodillas tiemblen tanto que tirarte de bruces contra el suelo sea tu mejor opción.
Pero también es sentarse cuando no puedes aguantar más en pie,
el primer trago de agua después de haber estado horas con sed.
Es ponerte un abrigo cuando te mueres de frío, y que encima huela a ti.
Es cerrar los ojos a las tres de la mañana después de un día agotador,
es que te abrazen mientras lloras o llegar a la meta cuando sientes tu cuerpo flogear.
Es todo eso a la vez,
siempre,
a ratos,
intercaladamente
y absolutamente nunca.