Tormentas y demás pensamientos de madrugada.

quince.

Ven y abrazame.
Aunque sea sólo por esta noche.
Aunque no vuelvas a aparecer más.

Ven y dejame descansar mi rostro en el hueco que tienes entre el cuello y los hombros.

Abrazame lo más fuerte que puedas, como si realmente no quisieses dejarme marchar nunca más.

Aunque sea mentira, aunque no sientas nada cuando me miras a los ojos.

¡Maldita sea, no me importa! ¡mienteme como ya has hecho antes!

Rodea mi cintura con tus brazos y susurrame al oído lo muchísimo que me quieres.

Dime que has echado de menos los chistes de toc-toc que siempre repito y el tacto de mis manos.

Mirame como lo hacías antes.

Sonríe vergonzoso y gira la cara para volver a mirarme de nuevo mientras mis mejillas ya están sonrojadas.

Vuelve, ya no aguanto más estas putas ganas de verte.