Tormentas y demás pensamientos de madrugada.

veintinueve.

A veces siento una profunda tristeza que hunde mi pecho.

Siento que en cualquier momento romperé a llorar, pero mientras tengo que aguantar ese dolor dentro,
donde más duele.

Siento que me haré pedazos y nunca podré volver a juntarlos todos de la misma manera en la que estaban.

Me siento vacía, descubierta.
Perdida, ¿qué será de mí?
Atacada por los recuerdos, ¿y cómo me defiendo de eso?

Siento la necesidad imperiosa de estallar en llanto, pero mis lágrimas no caen, mis ojos no se inundan.

La desesperación y la ansiedad se apoderan de mí tan fácil que mi cuerpo tiembla ante su impacto.

Me dejo llevar hasta que mi mente acabe con mi alma y la convierta en polvo.

Me dejo de llevar porque no puedo hacer nada más, porque no hay un abrazo aquí, porque tú ya no estás para salvarme de mí misma.