Tormentas y demás pensamientos de madrugada.

sesenta y dos.

Decías que para ti era muy sencillo hacer creer a los demás que todo estaba bien cuando dentro
estabas en llamas.

Y eso te hace más común de lo que en realidad piensas.

Porque lo difícil es dejar que los demás te vean jodido;
que sepan tus puntos clave,
de esos a los que disparar y hundir el barco,
reventar el navío,
asesinar a cada uno de los marineros y hacer que el capitán se suicide.

Lo difícil es aceptar que tienes un problema, que tú solo no te has acabado de conocer y que necesitas ayuda de los demás para entenderte y no volverte loco en el intento.

Lo difícil es sonreír con firmeza,
llorar delante de alguien cuando estás roto del todo y no reírte para quitarle importancia,
lo complicado es pedir perdón en vez de pegar el puñetazo.

No te hace especial decir verdades a medias,
ni llorar a escondidas,
ni luchar de mentira,
ni no quererte del todo.

Porque lo jodido
es lo contrario.