21. La pista

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Vi a mis amigas hacerme señas y gritar como locas, por lo que me dirigí a ellas, con Theo detrás.

-Patrick dijo que las había ido a buscar -les dije confundida. Melanie rió.

-Así fue, pero cuando lo íbamos a seguir se quedó bailando con una chica -y al final Freddie tuvo razón, el muy idiota había encontrado una chica.

Caminamos entre las personas, donde crucé mirada con el imbécil que me había arrinconado en mi ida al baño, y llegamos nuevamente al grupo de borrachos. El rubio seguía en el medio de la ronda solo que en este caso Freddie se le sumó a la fiesta, bailando con él. Parecían dos niños saltando y gritando. Los demas los miraban riendo, la rubia filmando y el narigudo aguantando la risa. Mis amigas se pidieron una bebida y las imité, dirigiéndonos nuevamente al grupo.

-¡Las encontraste! -me gritó la rubia sobre la música sonriendo. Asentí.

-Ellas son Melanie y Vanessa -las señalé. Me di cuenta que la chica castaña estaba algo... Aburrida ahí. No había hecho más que escucharnos toda la noche y observar tímidamente.

La rubia soltó la mano de su novio, quien le sonrió y siguió hablando con el narigudo, para dirigirse a nosotras. Le hice señas a la castaña para que se acercara también. Algo tímida se paró de su taburete y nos sonrió mientras caminaba.

-Qué suerte que esta vez los idiotas eligieron un buen grupo para emborracharse -comentó la rubia y no pude evitar reír- siempre nos aburrimos y terminamos yendo solas a la pista -se señaló a ella y luego a la castaña a su lado.

-¿Siempre salen todos ustedes juntos? -eran un grupo bastante grande; ella, la castaña, el rubio, el narigudo, y su novio. En cambio en mi grupo éramos tres, excepto cuando salíamos con Patrick y Freddie, que también eramos cinco.

-Sí, el idiota de mi novio tiene mil amigos, y si no salgo con mis amigas, salgo con todo este grupo -negó con la cabeza riendo. Todas volteamos a ver a su novio quien no dejaba de reír y beber con el narigudo a su lado.

Malanie me tomó del brazo y nos dirigió a todas a la pista.

No sabía que sería tan divertido bailar con dos chicas desconocidas a parte de mis dos amigas, pero lo había sido, además del alcohol que seguíamos bebiendo cada tanto. Me di cuenta cuando noté que Vanessa lloraba de la risa que no era la única que la estaba pasando genial.

-¿Bailas? -vi como un chico se me acercaba y me hablaba al oído, y a mi lado su amigo sacaba a bailar a Melanie. O no estaba nada mal, o veía tan borroso que cualquier chico en la pista sería el chico ideal.

Al ver que Melanie aceptaba bailar con su amigo, yo hice lo mismo, y acepté su petición. Estaba algo mareada pero no tanto como para ver que era morocho y muy alto. Tomó mi cintura y acercó su rostro a mi oído, yo alcé mis brazos pasándolos por sus hombros.

-¿Cómo te llamas? -me preguntó.

-Emily -le dije ahora yo al oído- ¿y tú?

Antes de oír una respuesta, sentí como me tiraban del pelo hacia atras, y al voltear vi como Vanessa abría los ojos como una loca.

-Emily, ¡ven aqui! -gritó sobre la musica- ¡tú tienes novio!

Mierda, había olvidado que supuestamente el imbécil de Theo era mi novio, o algo parecido. Empujé al chico con algo de lástima, me miró raro, y volví a la ronda tambaleándome un poco. La música retumbaba y tenía demasiadas ganas de saltar y gritar como desesperada.

Cuando Melanie volvió también a la ronda, empezó a reír, la rubia tiró su vaso de plástico al suelo, tomó a Vanessa y a la castaña por los hombros, y ellas a mí y a Melanie, cerrando la ronda en un abrazo algo extraño, luego comenzaron a saltar y las seguimos, girando en círculos y sintiendo como todo se movía.

Dejamos de girar cuando una mano me tomó del brazo y me separó de ellas, al igual que a Melanie su hermano, y a la rubia su novio. Al voltear me encontré con el rostro de Theo algo borroso, y me hubiera caído de no ser porque me alzó como una bolsa de papas en su hombro. Nos estaban sacando del baile como si fueramos unos objetos.

-¿Qué haces? -le grité sobre la música pero no escuché respuesta y lo único que veía desde ahí era su trasero y los pies de las personas que no dejaban de moverse.- ¡Sueltame idiota! -volví a gritar y esta vez le golpeé la espalda. Pero no le importó porque él seguía caminando probablemente hacía la salida.- ¡voy a vomitar! -no fue necesario seguirlo golpeando porque me había bajado al instante, y mis pies torpes ya estaban tocando el suelo.

Enseguida busqué con la mirada a mis amigas y las vi detrás nuestro también siendo arrastradas por los chicos.

-¿Qué les pasa? -le grité de nuevo a Theo.

-¿No viste cómo están? -me señaló y luego a las demás.

-Estoy bien, ¡quiero seguir bailando! -comencé a saltar y a cantar la canción, pero me tomó por los brazos y detuvo mis movimientos, me solté y colgué mis brazos de sus hombros, saltando de nuevo y viendo como negaba con la cabeza riendo.

-Quédate quieta, vas a vomitar todo -Patrick venía con Melanie a su lado que no dejaba de reír.

-Loca, ¿Le contagiaste la locura a mi hermana? -cuando sus brazos se dirigían a mi cabello para alborotarlo le pegué con el puño en su brazo, así que alejó sus sucias manos de mí y las alzó como un detenido por la policía - lo siento, lo siento, ¡vamonos!

Theo a mi lado lanzó una carcajada y siguió a los otros chicos afuera, pasé mi brazo por los hombros de Melanie y fuimos detrás de ellos.

Al atravesar las grandes puertas un frío matutino me invadió de repente, al igual que a mis amigas que no dejaban de quejarse y saltar para quitarse el frío.

-No me quiero ir, es temprano -la rubia le decía arrastrando las palabras a su novio pero ninguno nos quería dejar entrar de nuevo.

-No es para nada temprano -sacó las llaves de probablemente su auto y señaló un vehículo que mis mareados ojos veían azul - La próxima salida los llamaré -le dijo a Freddie y le dio un estrecho abrazo. Mientras se despedía de los demás, me dirigí a Theo.

-Theo, volvamos -tomé su brazo y tiré una y otra vez de él, me miró y lanzó un carcajada.

-De ahora en más tomarás Coca-cola.

-Siempre son iguales, parecen unas niñitas locas y caprichosas -dijo Patrick negando con la cabeza mientras sacaba la llave de su auto y nos lo señalaba para que lo siguiéramos.

Antes, me volteé a mirar a la rubia y la castaña que antes de irse nos dieron un abrazo a todas intentando no caerse. Luego proseguí mi camino al auto, luchando con los tacones, donde nos apretujeamos todos para entrar.

El camino se hacía cada vez más lento mientras repartíamos a su casa a Freddie, Vanessa no dejaba de cantar hasta que llegamos a la suya y vomitó en el césped de la entrada, y finalmente nos dejaron a Theo y a mí en casa. Me costó salir del vehículo con Theo que no dejaba de apurarme y decirme que mamá aparecería si no entraba de una maldita vez.

-Deja de apurarme o me duermo aquí en la entrada -le señalé el árbol que había frente a mi casa. Tal vez sí había bebido un poco.

-Oh vamos... -me estaba practicamente arrastrando del brazo hacia la puerta mientras Patrick y Melanie nos miraban desde el auto. Genial, a penas podia caminar de lo cansada que estaba como para tener espectadores.

Decidí callarme y seguirlo como pude, mientras él sacaba las llaves de su abrigo.

-Me siento mal... -volteó de golpe a verme y lanzó un hermoso insulto - no importa, no voy a vomitar -dije despreocupada, en realidad sí tenía ganas de hacerlo.

Volvió a lo que hacía y por fin entramos a la casa, que estaba en un inmenso silencio y oscuridad, luego de cerrar con una tremenda lentitud la puerta para no hacer ruido, me levantó de nuevo como si fuera un bebé que no puede caminar, y subió las escaleras lo mas rápido que pudo, aproveché esos segundos para cerrar los ojos. Me bajó cuando entramos a mi habitación, y me tiré a la cama como si fuera una piscina.

El chico del futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora