¿Qué mejor que empezar el día haciendo algo que te gusta? Apenas mamá me mando un mensaje de texto diciendo que se iba todo el día a la playa con Fernando, llamé a mis amigas para que vinieran a casa.
-¡Theo! ¡Ponte algo para la piscina! -le grité desde el baño mientras me ponía el bikini. Melanie y Vanessa estaban por llegar y aún quedaban cosas por hacer.
-¿Quién viene? -sentí su grito desde alguna parte de la casa.
-¡Melanie y Vanessa! -recordé- ¡Y John!
-¿John?
-¡El novio de Vanessa! -en realidad no eran tan así como novios, pero...
-¡Qué aburrido mujer! ¡Me quedo durmiendo en mi cama! -me miré al espejo y luego, sobre el bikini me puse mi short y una camiseta. Sabía que diría que iba a ser aburrido, me había esperado esas palabras.
-¿Tú cama? -reí irónicamente porque su cama era mía. Salí del baño y lo busqué con la mirada en la habitación, estaba tendiendo ambas camas. Sonreí.
-Bien. Pero invita a su hermano, o a alguien con quien no haya que hablar de ridiculeces de niñas -lo fulminé con la mirada. ¿Qué problema tenía con mis amigas?
Lo pensé unos segundos de todos modos.
-Le diré al idiota de Patrick que venga, está bien -suspiré- me merezco el premio a la mejor persona -largó una carcajada extendiendo las sábanas.
Le mandé un mensaje a Vanessa para que le dijera a Patrick que estaba invitado, y con la ayuda de Theo sacamos unas toallas, sillas, bebidas y algunas cosas para comer al fondo.
Cuando invité a Patrick no conté con que podría aparecer junto a Freddie, otro chico que no conocía y alcohol. Pero lo hizo.
-El invitado eras tú, idiota -fue mi recibimiento cuando le abrí la puerta. No me importaba que me escucharan los otros tontos.
-Siempre tan tierna mi hermanita postiza -sacudió mi cabello igual que siempre y pasó a la casa a pesar de la mirada que le di y el golpe en su brazo. Sus amigos y John me saludaron también riendo y pasaron. Oh claro, tranquilos, abusadores de invitaciones.
A lo lejos vi a Vanessa y Melanie cerrar el auto y sacar dos bolsos de la parte trasera. Llegaron corriendo a abrazarme como si nos fueramos de viaje a Las Bahamas.
-¡Llegó la fiesta! ¡Traigo mi parlante! -gritó Vanessa.
La idea era algo tranquilo con mis amigas -y Theo- pero poco me importó cuando ya estábamos bailando y bebiendo en el agua.
-¡Ahí voy! -Gritó Theo para luego tirarse como bomba a la piscina.
-¡Estúpidos! ¡Ni se les ocurra! -señalé a Patrick y Freddie cuando vi sus intenciones de hacer lo mismo. Habían saltado de esa manera al menos dos veces y se habían encargado de mojar no solo todo el fondo -incluídas las sillas- sino que también a nosotras.
Cuando el imbécil de Patrick se tiró igual sin importarle mis gritos, salí de la piscina para volver a tirarme lo más cerca posible de él y salpicarle todo lo que pudiera. Así comenzó una hermosa guerra de agua entre todos en la cual mi hermano postizo me alzó en su hombro y se empezó a acercar al borde.
-¡Patrick! ¡Patrick! ¡Te mato! -clavé mis uñas en su espalda. Sentía su risa. La de todos.
-Deberías probar el salto en vez de gritarnos tanto, Emily -hizo el amague de tirarme y grité como una desquiciada, volvió a lanzar su carcajada tan característica.
-Si me tiras, ¡Juro vengarme! ¡Te voy a matar idiota! -ahora mis puños no dejaban de golpearle la espalda. Me sentía expuesta, estaba de bikini.
-Bien, te haré un favor y me tiraré contigo -de repente comenzó a retroceder, cada vez nos veía más lejos del borde, hasta que se detuvo y empezó a correr. El maldito saltó al agua conmigo en sus brazos.
El sol ya estaba yéndose y el alcohol nos había afectado un poco a todos. Pero mamá volvería y debía ordenar un poco. Melanie no dejaba de hablar con Freddie y Vanesa de besuquearse con el novio, por lo que le pedí ayuda a Theo con las cosas.
-Te dije que sería buena idea invitarlos -sonrió mientras entrábamos con los vasos a la cocina. Los dejamos sobre el lavabo y se me quedó mirando.
-¿Qué tengo? -me estaba intimidando, no podía sentirme muy tranquila estando de bikini. Miré hacia abajo para verificar que todo estuviera en orden.
-¿No te diste cuenta cómo te miraba el idiota ese? -susurró. Fruncí el ceño.
-¿Qué idiota?
Volteó a verificar que nadie viniera y volvió a mirarme.
-El amigo de Patrick... Jace, creo -reí.
-No seas ridículo -iba a pasar por al lado de él para lavar las cosas pero me detuvo del brazo. Me dio gracia que sus dedos estuvieran arrugados.
-Lo digo en serio.
Alcé las cejas.
-¿Celoso? -sus ojos azules estaban algo rojos por estar tanto tiempo en el agua. Imaginé que los míos estarían igual, pero sin ser azules, claro. Sonrió y yo también lo hice.
Pero no respondió. La distancia se empezó a acortar.
-Vamos chicos, que la loca nos va a echar de la casa si no ayudamos -sentí que alguien gritaba en el fondo. ¿La loca era yo? ¿Había resusitado mi apodo?
Dejamos de mirarnos cuando sentimos sus voces, y cuando soltó mi brazo pude ir a lavar los vasos que habíamos entrado. Theo salió de nuevo.
Abrí la ventanita que da al fondo y le grité al idiota de Patrick.
-¡Te escuché! ¡Al que voy a echar a patadas en el trasero es a ti! ¡Imbécil! -lo vi caminar hacia la casa con unas botellas mientras me hacía la mala seña, y luego tropezar. Reí a carcajadas.
Mamá tenía la costumbre de quedarse a ver el atardecer en la playa, y volver cuando cae la noche. Por lo tanto estábamos perfectos de hora, yo lavaba y ellos me traían las cosas que quedaban fuera, excepto el amigo de Patrick, Jace, que entraba las sillas.
-Loca, nos vamos -Patrick se levantó del sofá y tomó su abrigo. Todos lo imitaron levantándose, estábamos cansados y ya teníamos poco para charlar. Mamá había llegado hacía un rato y a pesar de que invitó a todos a comer pizza, rechazaron la oferta. Nos quedamos hablando un par de horas hasta que Patrick dio sus palabras.
Vanessa y Melanie volvieron a tomar sus bolsos y se despidieron de mi con un abrazo. Patrick, aún tambaleando un poco volvió a sacudir mi cabello y salió corriendo por la puerta para que no le pegara.
Cuando cerré la puerta solo quedabamos Theo, yo y los cantos de mamá en la cocina.
-¿Estás bien? -le pregunté cuando lo vi parado junto a mí.
-Sí, ¿por qué? -frunció el ceño.
-No sé, estás muy callado -reí- ¡Mamá! -le grité y dejó de cantar para escucharme- ¡Theo se queda a dormir!
-¡Está bien!
-Me voy a bañar -le dije a Theo y asintió. Le habían comido la lengua los ratones, al parecer.
¿Qué opinan de Patrick y sus amigos?
¿Y de Theo?
Les quiero volver a agradecer porque de a poco crecemos!!!
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El chico del futuro
Teen FictionUna persona normal, que a simple vista parece un chico, un estudiante despreocupado; termina siendo alguien enviado desde el futuro.