Te puedes arrepentir.

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La noche estaba estrellada, sin embargo era lo que menos me importaba, tenía frío pero no quería volver a la cabaña, tenía miedo de verle o a ella, y no quería enfrentar a mis amigas, no quería hablar hoy del tema, sólo quería quedarme aquí, y pasar mi dolor sola y en silencio, me sentía tan usada, indignada, maltratada, jugaron todo el tiempo conmigo, y yo dejé que lo hiciera, y confíe, creí en cada una de sus palabras, creí en su te quiero, creí en él, como una idiota.

Camine sin detenerme y sin mirar atrás, Jonatha seguramente ya se empezaría a preocupar, pero quise ser egoísta y no me importó, seguí mi camino hasta llegar al límite de la playa, la separación que dividía al club del resto de la playa, grandes rocas que nos separaban del resto del mundo, y que me recordaban que tarde o temprano debía volver, porque estaba atrapada y envuelta en toda esta mierda.

Me subí a la roca y me senté en ella abrazando mis piernas, la brisa revoloteaba mi cabello, y tiritaba del frío, pero no me importó nada, sólo quería estar sola.

Me perdí en el calmado mar donde la luna se reflejaba he iluminaba la cristalina agua, las pequeñas olas chocaban contra las rocas y su sonido era más que sublime, y un recuerdo vino a mi.

"No puedo olvidar las miradas, las caricias, ni los besos que nos dimos, no puedo dejarte ir como si se tratara de la arena que se escurre entre mis dedos, eres importante para mí, y firme como una roca, si, eres como una roca, pero no es algo malo, por lo menos no para mi que soy el mar, bueno...quiero ser el mar, para que cada vez que choque con tu cuerpo, al pasar de los año, vaya dejando una huella en ti, y si me aceptas seré también tu roca y tu seras el mar que dance contra mi, y seras la única que dejara huellas en mi vida y mi corazón."

Que falsas sonaban ahora esas palabras, no puedo creer como me creí semejante labia sacada seguramente de internet, ¡¡es un patético de mierda!! Por su culpa ya no podría disfrutar de las olas, ¿hacia falta arruinar así algo tan hermoso como el mar?

Que rabia me daba haber creído en todas sus mentiras, cuán de inocente pude llegar a ser en mi vida, no podía creerlo aún, resultaba tan insólito, y ahora sabiendo todo, sólo podía burlarme de la idiota que fui.

Mis ojos se cristalizaron, pero no me permitiría volver a derramar lágrimas alguna por él, él no merecía mis lágrimas, así que respire profundo y me desquite lanzando piedras al mar.

-No quiero preguntar, pero ¿Que haces allá arriba sola? -voltee al momento que estaba por tirar una piedra y me encontré con Damian con sus manos en los bolsillos de su pantalón, despeinado, y con una sonrisa picarona en su rostro, mi corazón se acelero y mi estómago se revolvió, no puedo creer que lo vuelva a ver aquí.

-Crei que no querías preguntar -conteste sin querer tener que explicar toda mi vida, él no sabía en realidad nada de Pascuali, y tener que revivir todo para contárselo, no era lo que tenía Mayormente en mente ahora.

Le vi cuando empezó a subirse entre las rocas para llegar a la cima a mi lado, una vez llegó, limpio sus manos y se sentó frente a mi, estirando sus piernas a los lados de mi cadera encerrándome entre ellas.

-No quería, pero debía, pero ya, lo tengo claro, no quieres hablar -sonrei dándole la razón y él estiro sus manos para que las tomara, cosa que hice con gusto.

Una corriente paso por mi mano una vez hicieron contacto con las suyas, ya había olvidado cuán nivel de tensión sexual tenía con él, no entendía a mi cuerpo cada vez que estaba a su lado, es como si... fuera otra.

¡PERRAS! Nuevo comienzo. (P#2) (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora