¿Necesitas ayuda?

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12:00am

Y este es el baile, el baile del del del chocolate, a ver chicos y chicas todo el mundo con las manos Arribas!! Y este es el baile, ba ba baile, del del del chocolate, que levante la mano a quien le guste el chocolate!! (¡¡¡A nosotros!!!) esooooo...y este es el baile, del del del chocolate en un día especial como hoy, feliz cumpleaños para Silvana_RaAl espero que la estés pasando bien, y te acuerdes del baile del chocolate jajajajaja estos dos capítulos van dedicados a ti <3

Sin más preámbulo...el capítulo de hoy.

*****

Después de una gran fiesta, nos dividimos en grupos para dormir, algunos decidieron esperar a llegar a las cabañas, pero muchos otros no pudieron controlar el sueño, Michelle y Marc se fueron una hora después que comenzó la fiesta claramente porque deseaban tener su intimidad, por mi parte me quedé junto a los chicos en la cubierta del crucero disfrutando del amanecer y el mar.

No había parado ni un segundo de pensar en Damian, nunca imaginé verle aquí, y no creo mucho en las casualidades, soy de la teoría de que si pasa algo, tiene una razón, nada es casualidad, sin embargo ¿que señal podía ser volver a verle? ¿Será mi escape para mantenerme alejada de Santiago y no volver a caer en sus mentiras?

No sabía que pensar, y esperaba poder hablar con Jonatha de esto ya que él y Michelle son los únicos que conocen la historia, sin embargo él había decidido perderse, y no volví a verlo, por suerte no me quedé esperándole ya que nunca regreso.

A Camila se le veía más que incómoda frente a Sebastian ya que se trataba de su ex-pareja, sin embargo trató de llevar una conversación cordial con él ya que al fin de cuentas todos éramos amigos.

Matias trataba a cada segundo de besar o abrazar a Sussy que aún seguía enojada con él, por lo que lo apartaba de una, Carlos, Marco y Melissa también estaban entre nosotros, aunque no conversaba lo suficiente con ellos ya que nunca tuvimos mucha relación, sabía que eran amigos de los chicos y a Melissa obvio la conocía pero en tiempos de Instituto ella solía irse con su novia y muy poco la veía junto al grupo, que he de decir que no hacían del todo buena pareja ya que discutían en todos lados y siempre, hoy día, ya no están más juntas, por lo que nos contó, se fue a vivir con su hermana a Italia y nunca más volvieron a verse o a hablar.

-¡¡No me lo creo!! Y yo que pensé que era natural -comento sorprendida Sussy al borde de las lágrimas debido a la risa.

-¡Que va! Era toda operada -mas risas.

-¿Por que tengo que escuchar esta conversación de cotilleo femenino? -reclamo Sebastian mientras los demás chicos le daban la razón.

-Puedes irte, nadie te retiene -Camila falseo una sonrisa dirigiendo su comentario irónico a él

-Solo por llevarte la contraria no me voy -rodee los ojos y trate de calmar las aguas.

-Bueno, podrían dejar de discutir un solo segundo, ¡Camila! -le reclame

-Que me miras a mi, si es él el que empieza, siempre -Camila empezaba a alterarse y todos veíamos la situación claramente incómodos.

-¿Que yo empiezo? ¡Si que eres sínica! -empeze a levantarme sin llamar demasiado la atención debido a que estaba en medio de los dos, y no tenía ganas de seguir escuchándolos.

-Mejor los dejamos solos...-intervino Melissa haciendo la misma acción junto a los chicos que parecían divertirse con la discusión.

-¡NO! -gritaron los dos a la vez.

-Okay... Nosotros nos vamos al comedor, fue un gusto -Sussy se levantó con ayuda de Matias y empezamos a alejarnos, ellos siguieron discutiendo por encontrar al culpable que hizo que nosotros nos fuéramos, pero en realidad los dos eran responsables, no entendía porque no podían llevar una plática normal, no sabría decir si había aún algo entre los dos, pero lo que si sabía es que debían arreglar cuanto antes sus diferencias.

Tras pasar las horas por fin habíamos llegado a nuestro destino, los familiares de la pareja se despedían en el muelle, muchos regresarían, y sólo los amigos más cercanos nos quedaríamos unas semanas para el reencuentro.

Impaciente baje con mis cosas junto a Sussy, trataba de escapar de Santiago, no quería ver que tan feliz era ahora en su relación y su vida familiar, sin embargo la suerte no estaba de mi lado, en ningún aspecto.

-¿Necesitas ayuda? -me encontraba agachada para tomar las maletas del suelo cuando su voz me tomo por sorpresa, algo dentro de mi se revolvió y levante mi cabeza para verle.

Estaba ahí, frente a mi, con su cabello bien peinado hacia atrás, sus lentes oscuros ocultando sus lindos ojos, con su camiseta a cuadros y unas bermudas color champaña.

Por alguna razón enmudecí, y él pareció tomar aquello como un si, cuando se agachó quedando tan cerca de mi y tomó mis maletas.

-Te ayudaré -Pareci caer en cuenta tarde cuando el ya se alejaba del muelle y caminaba hacia la gran entrada del club, esto me traía ciertos recuerdos.

-No hacia falta -conteste un poco abrumada sin saber cómo ser cortante y borde con él, ya no tenía fuerzas, y me sentí estúpida por justo ahora que debía ser grosera, una perra total, me comportaba tan calmada y sumisa y no exigía explicaciones.

-¿Cual es el número de tu cabaña? -al entrar saludamos con una sonrisa al de seguridad que parecía entretenido al ver llegar a tantas personas a la isla, y seguimos el camino donde ya estaba repleto de personas, Michelle tenía muchos amigos, sin dudarlo esta claro que era una de las populares.

Me apresure a mirar la llave en mi mano, con el número 117, acelere mis pasos hasta llegar a su lado y mostrarle la llave.

-De acuerdo, esta por allá... -un incómodo silencio entre los dos volvía esta situación tan extraña, quería llorar, golpearle, insultarle hasta cansarme, pero no entendía porque algo dentro de mi me detenía. Me había arrebatado todas las fuerzas para no hacer nada.

-¿Cuantos años tiene Tomas? -pregunte con un poco de pena, aunque ya me sospechaba la respuesta, quería que el lo dijera, quería que fueran tan caradura y me lo dijera a la cara, quería comprobar mis sospechas.

-Cuatro años -él se detuvo una vez frente a la cabaña y yo también me detuve, pero no por haber llegado, si no porque entonces tenía razón, el se fue por ese bebé, me había dejado porque Cassandra estaba embarazada, entonces ¿me mintió todo el tiempo cuando dijo que ellos no habían tenido nada? Porque no creo que un bebé nazca de la nada, la segunda llegada del Mesías y así, obvio no.

-¿Eres el padre? -Nuevamente un silencio incomodo se creo entre los dos, solo se escuchaba las risas de otras personas al rededor mientras conversaban, quería llorar, caer al suelo y llorar, pero no lo haría, nunca mas frente a él, no contestaba, lo que me daba las respuestas suficientes.

-Kiara yo... -No deje que continuará cuando me di cuenta de lo que estaba por hacer, su mirada me lo decía, se iba a compadecer de mi, ¿pena? ¿acaso sentía pena por mi? Debería sentir pena por él, por ser quien es, por hacer las cosas que hace, por el asco que produce, no mirarme como si fuera una pobrecita, ¡que se joda!

Tome mis maletas y no le deje hablar cuando pase a su lado empujándole para subir los escalones a la puerta y antes de abrir me di la vuelta por última vez.

-Gracias igual por llevar las maletas hasta acá -y antes de que mi voz se quebrara frente a él, cerré la puerta con mi pie y solté las maletas ya dentro de la cabaña.

Deje que una lágrima corriera por mi mejilla y flaquee hasta caer de espalda contra la puerta, me sentía tan usada, traicionada, todo el tiempo estuvo jugando conmigo, y fui tan idiota en creer en él, ahora lo que más quiero es olvidarle, ¿será eso posible? ¿Será posible olvidarme de él y seguir mi camino?

No me detuve y lloré, lloré lo que tuviera que llorar, necesitaba sacar todo el dolor que tenía dentro.

Lo sé, lo se, no es el capítulo más alegre perdón por la cumplañera y mis lectores, pero así se tenían que dar las cosas.

¡PERRAS! Nuevo comienzo. (P#2) (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora