Surrealista.

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Más allá de la realidad se encontraban mis sueños, donde podía flotar en nubes de algodón de azúcar, era maravillosa la sensación de estar flotando y que nada a tu alrededor perturbara tu zen, claramente la felicidad estaba sobre valorada, para cada persona la felicidad se podía encontrar de manera diferente y cada quien es capaz de aferrarse a lo que más placer le genera, por mi parte no estaba seguro a lo que me enfrentaba y menos a lo que quería de mi vida, lo que si estaba claro, es que en este momento me sentía tan calmada envuelta en los brazos de Damian.

No sabía porque, no sabía cuándo, pero estaba claro que fui tonta por haber olvidado lo bien que se siente dormir junto a él, es algo tan extraño y no quería arruinar nuestra amistad con un comentario que pudiera mal interpretar, ya que él suele huir cuando se ve en vuelto en una situación que no puede manejar, y no había de que alarmarse, sólo me gustaba dormir entre sus cálidos brazos y despertar en su pecho, pero eso no implicaba a algo amoroso ni mucho menos, simplemente era algo que no sabía cómo explicar, pero me gustaba estar así, en calma y protegida.

Me levanté sólo un poco sin intensión de despertarle, sólo quería mirarle dormir, sonrei recordando la noche anterior, y el simple gesto de parar y llevarme a su habitación para dormir cómoda, sin duda alguna conmovió mi corazón.

Me percaté que sólo llevaba una camiseta suya, por debajo, no había más que mi traje de baño, sonrei pensando en la idea de que hubiera pasado si él no me hubiera detenido, y por alguna razón mis ganas se dispararon, algo de él me llevaba a portarme mal, me invitaba a desear tenerlo entre mis brazos.
Me aparté sólo un poco para deshacerme de su mano en mi cintura y me subí a horcajadas sobre él, no quería realizar movimientos bruscos que pudieran despertarle abruptamente, quería que despertara con placer, anoche capaz él tenía razón y no era el momento adecuado, pero ya era un nuevo día.

Me agache lo suficiente para que mis labios tocarán su cuello, y fui bajando con delicadeza hasta besar y lamer sus hombros, sentí como se removía bajo mi cuerpo y no pude evitar reírme de él.
Aproveche mis manos libres para acariciar su torso desnudo y su cabello despeinado, lo que me incitaba a más, quería que despertara y acabar con esta hambre mañanera.

-¿Daisy? -sonrei complacida, aunque ese no fuera mi nombre real, me hacía recordad aquellas semanas en Venezuela, cuando sólo era Daisy, una chica más, llena de secretos, y no pude evitar sonreír aún más al escuchar su roca voz.

-Si así lo prefieres -una vez sus ojos se abrieron y se posaron sobre los mios, descubrí su sonrisa y se levantó sólo un poco para poder tomarme del rostro y detener mis besos.

-Kiara perdón...¿Que haces? -

-Te doy los buenos días, hoy me desperté muy contenta -Me acerque para besarle pero volvió a rechazarme, algo no andaba bien.

-Ya veo, vaya forma de darme los buenos días. -

-¿Pasa algo? -algo en su voz no me gustaba para nada, era la primera vez que le notaba incómodo con la situación, y no sabía a qué se debía, y me hacía replantearme si lo de anoche en realidad sólo fue por cordialidad o ciertamente él ya no tenía intensiones de estar conmigo.

-Solo, algo cansado. -Me aparte rapidamente de él, bajandome de su regazo y levantándome de la cama, algo no estaba bien, y no sabía si sentirme ofendida o que, mi único apoyo, con el que me sentía bien, ahora me estaba apartando de su lado, o por lo menos lo sentía así, ya que sonaba a excusa.

-¿Es una de tus famosas excusas para despachar a las chicas? -

-Puede ser, Si no te importa... -Señalo con su mano la puerta y yo me quedé atónita aún de pie frente a él, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿en que momento mis nubes de algodón de azúcar se convirtieron en vertederos de agua estancada y relámpagos?

¡PERRAS! Nuevo comienzo. (P#2) (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora