𝐌𝐎𝐑𝐆𝐀𝐍
❝Hasta que uno decide sacrificarse por el otro.❞
𝐋a violencia era su prioridad. Ella era un fantasma, un vestigio del pasado que provocaba caos - pero después de todo ella era una humana, al menos, no una comple...
RENACIMIENTO, capitulo treinta y uno: un nuevo reto!
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IRINA DESPERTÓ Y POR UN MOMENTO SINTIÓ FRÍO. Tapó su cuerpo desnudo con las sábanas y Steve le abrazó, manteniendo el calor entre sus cuerpos. Besó lentamente el hombro de la castaña, donde había una marca que le hizo recordar los momentos íntimos de la noche anterior. Irina sonrió al ver que su novio recordaba cada momento de aquella noche. Y por un momento, se sonrojó. Se giró para abrazar al rubio y escondió su rostro en el recoveco entre el cuello y el hombro.
—Buenos días, Livvy—susurró el capitán.
Irina sonrió y dejó un pequeño beso en su hombro. Se separó de Steve y le miró a los ojos, sin borrar la sonrisa que había esbozado—¿Ansioso?—preguntó la rubia.
—En realidad, ya estoy acostumbrado—Steve respondió mientras jugaba distraídamente con un cabello de Irina—. Aunque...debería estarlo. El Cetro de Loki es algo que quería recuperar desde hace meses.
—Y lo conseguiste. Ahora podremos detener a HYDRA.
—Lo conseguimos—remarcó el rubio—. Pero aún no cantes victoria, Irina.
El capitán se levantó lentamente de la cama, mientras se frotaba los ojos e Irina esbozó una sonrisa ladina mientras que Steve caminaba desnudo por la habitación.
—¿Sabes? Me encanta lo que veo desde aquí.
—¿Ah, sí?—Steve le observó de reojo intentando de no sonrojarse, sabiendo que Morgan lo sabía—. Deja de mirarme así y ponte el uniforme. Tony nos querrá temprano en el quinjet.
Irina borró su sonrisa y se levantó somnolienta de la cama. Caminó hacia el armario y supo que su traje estaba en la sala donde se encontraba la armadura de Tony Stark.
—Ahora como iré hacia allí—murmuró la muchacha y por un momento, decidió ser ingeniosa. Tomó una bata—teniendo en cuenta que ya se había puesto su ropa interior—y salió disparada hacia la sala.
Media hora después, Irina salió del ascensor con sus ojos azules probando que estaba haciendo uso de sus poderes. Tony estaba a su lado e intentaba no reírse—¡No te enojes conmigo, Morgan!—protestó el millonario—. Jarvis y yo estuvimos haciéndole unos ajustes anoche mientras que te rev...—se detuvo al ver que Irina le lanzaba una mirada asesina—. Esta bien, me callo.
Steve se encontraba con el resto del equipo, todos charlaban entre ellos. Irina sonrió al ver a Erika Barton entre ellos, luciendo su nuevo traje. Clint estaba a su lado, revisando sus flechas. Natasha estaba hablando con Bruce tranquilamente y Thor se encontraba hablando con el capitán.
—¿Me perdí de algo?—inquirió Tony.
Los restantes negaron y Erika le quitó una flecha que su padre había robado de su carcaj—¡Deja de tocar mis flechas!
—Eh, tus flechas son mis flechas.
Erika rodó los ojos y observó a Steve—¿Puedo cambiar de compañero?
—¡Oye, niña!
—No, Erika—replicó Steve.
—Prefiero trabajar con mamá.
Clint le miró con mala cara y Erika le sonrió abiertamente. Irina y el resto de los Vengadores rodaron los ojos—Nos podemos ir—dijo una Irina seria mirando a Steve.
—Dalo por hecho.
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Sokovia, Europa del Este.
Todos se encontraban preparándose para salir e Irina solamente se quedó sentada en la salida. ¿Qué pasaría allá fuera?¿Encontraría a Tatyana?¿Y si ahora está muerta? No lo sabía, solo debía verificarlo.
—¿Qué sucede, Irina?—preguntó Erika sentándose a su lado.
—No es nada, es algo que me inquieta—murmuró ella—. ¿Y si Tatyana está muerta?
Erika suspiró y enfocó sus ojos azules—Ella estará bien. En tus visiones observaste que ella estaba encerrada. Tatyana está viva.
Irina asintió y miró al resto—Creo que lo mejor es llevar un código verde—todos miraron al doctor Banner—. Strucker tiene buena defensa.
—Banner, prepárate—dijo Steve y abrió la compuerta.
Irina Morgan fue la primera en pisar la nieve de los bosques de Sokovia, el frío comenzó a calarle los huesos y soltó aire por la boca provocando que este se convirtiera en humo. Era como en la visión. Comprobó si su cabello había cambiado y por el momento permaneció rubio. Su ropa era la misma. Era ella.
—Vaya que hace frío aquí—dijo Clint frotándose las manos—. ¿Cómo has podido sobrevivir aquí?
Irina le miró—He estado aquí desde que recuerdo. Es fácil acostumbrarse.
—Necesitaremos un vehículo—anunció Nat y observó a Morgan—. ¿Sabes dónde?
—Erika y yo podemos conseguirte uno—respondió la rubia—. Véanme en el puesto de vigía en 5 minutos. Aunque...deben ser rápidos. Strucker no tardará en desplegar la defensa.
Y un rugido de Hulk resonó en los bosques nevados.
