𝐌𝐎𝐑𝐆𝐀𝐍
❝Hasta que uno decide sacrificarse por el otro.❞
𝐋a violencia era su prioridad. Ella era un fantasma, un vestigio del pasado que provocaba caos - pero después de todo ella era una humana, al menos, no una comple...
LA VIOLENCIA Y LA CAÍDA, capitulo ocho: la chica y el soldado!
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STEVE ROGERS MANEJABA SU MOTOCICLETA TRANQUILAMENTE CON MORGAN DETRÁS DE ÉL, ya era de noche, así que era hora de ir a casa. Dobló la esquina y se estacionó en la vereda, para poder apagar su moto.
—Espero que no te pases, Morgan.
—Solo será una noche, Rogers—respondió Irina riendo—. No tendré sexo contigo.
Empezaron a caminar hacia la entrada y Morgan se detuvo. Sentía algo, o mejor dicho, a alguien. Sus ojos verdes se tornaron azules, haciendo evidente su preocupación. Steve frunció el ceño y le tomó el brazo.
—Morgan, ¿que ocurre?
—¿Eh? Oh, nada—dijo ella.
Steve frunció el ceño extrañado pero luego le dijo que pasara. Los dos subieron las escaleras y se encontraron con una joven rubia.
—Hola—murmuró ella, cerrando la puerta de su apartamento y hablando por teléfono.
—Oh, hola—Irina le saludó.
—Debo irme. Muy bien, adiós—dijo y colgó, Kate observó a los dos—. Es mi tía, tiene insomnio.
Steve solo sonrió y Sharon suspiró.
—Si quieres, puedes usar mi lavadora—dijo este—. Tal vez sea más barata que la del sótano.
Sharon sonrió y abrió bien los ojos—¿Sí?¿Cuanto me costaría?
—¿Una taza de café?
'Lección para darle a Steve, como aprender a ligar' Irina proyectó esas palabras en la mente del capitán.
Kate observó a Rogers—Gracias, pero...ya puse una carga en la lavadora de abajo y te aseguro que no querrás mi ropa con la tuya. Recién hice una guardia en la unidad de enfermedades infecciosas.
—Mantendré distancia—bromeó Steve.
Kate rió y se dio la vuelta para bajar las escaleras, Steve fue hasta la puerta de su apartamento para sacar la llave.
—Creo que dejaste tu equipo de música encendido—dijo Kate antes de bajar.
—Claro, gracias.
Kate volvió a asentir y bajó las escaleras. Steve y Irina se miraron entre ellos.
—Creo que hay alguien en casa—murmuró la muchacha.
