Where are my memories? (Inazuma Eleven) (Goenji x Fubuki)

A pesar de las tragedias, también hay felicidad.

Yo estaba totalmente mudo, paralizado por el miedo que sentía recorrerme el cuerpo, de pies a cabeza, Gouenji al ver que no lograba tranquilizarme me abrazó, con tal de que ese miedo desapareciese, sin embargo era imposible si esas imágenes no se me borraban de la cabeza, y además de sentir su aliento en mi oído, diciéndome todo tipo de barbaridades, de las que yo sin querer escucharlas me tapé los oídos, rogando que parasen.

–Ronald, el que falleció hace ya varias semanas comenzó a decir que Fubuki para aprobar física y química, se acostó con el profesor, porque era incapaz de llegar al cinco–contó Dylan, y todos me voltearon a ver sorprendidos, sin poder asimilarlo, y yo abrí los ojos sin poder creer lo que había escuchado de sus labios.

–¿Es eso verdad, Shirou?–me preguntó esta vez Gouenji, el cual no dejaba de estrecharme entre sus brazos, tranquilizándome de alguna manera, pero aquello había hecho que mi hirviese la sangre. Alcé la cabeza para mirarle, al igual que yo se veía bastante afligido con todo lo que estaba sucediendo en estos momentos.

–¡Joder, que no pasó así! ¡Ya he dicho que intentó abusar de mí!–grité histérico, no para Gouenji ni mucho menos, sino para Dylan para que se enterara de una vez por todas que no sería capaz de caer tan bajo, por una simple asignatura. Además esta presión era abrumadora, y mi cabeza estaba hecho un lío, sentía que estaba a punto de estallar. Mi adolescencia era como una etapa bastante borrosa de mi vida, y esos recuerdos poco a poco volvían a mí.

–Bueno, vamos a tranquilizarnos todos, y Dylan dejemos que se explique, no acuses de que se acostó con aquel profesor solamente por rumores del pasado, si Fubuki dice que le forzó a hacer algo que no quería, yo le creo–me apoyó Endou, y seguido todos asintieron poniéndose de mi parte, creyendo en mi palabra, y Dylan por su parte bufó molesto. Eso solo eran rumores de un chico, del cual ni siquiera me acordaba se podría decir que cuando llegué a la universidad, hice borrón y cuenta nueva.–Primero deberíais de haber dicho que le conocíais–nos regañó de manera amistosa, menos mal que no parecía enfadado, o más bien que no lo estaba.

–Creí que no era importante, después de todo solo fuimos amigos cuando estábamos en la secundaria, aparte de estar en el mismo club de fútbol, junto con Fubuki. Después cuando terminó, no supe nada más de él–explicó brevemente, sin dejar de mirarme, parecía ser que le encantaba nombrarbe con cosa que contaba. Sentía además que Gouenji también le miraba, o más bien le fulminaba con la mirada.

–Fubuki, ¿te importaría contarnos lo que pasó?–intervino esta vez Gouenji, sabía que me había llamado de nuevo por el apellido para mantener las formalidades en el trabajo, a pesar de estar abrazado a él como si mi vida dependiera de ello, sus brazos eran muy reconfortantes.

Antes de dejarme caer en mi mundo de desesperación de recuerdos perdidos, escuché como Gouenji me volvía a hablar, susurrándome al oído ''tranquilo''.

FLASHBACK.

Me encontraba en el recreo, pensando en mis cosas, sin hacer mucho caso a Someoka, el cual no dejaba de hablar sin parar. Era un buen amigo, sin embargo hoy no estaba de muchos ánimos, bueno en realidad no estaba de ánimos desde ayer.

Cogía la caja, donde estaba mi desayuno, con cierta fuerza, signo de frustración, que solía mostrar cada vez que me pasaba algo, o pensaba en mis cosas, y mientras comía con ciertas ansias.

–Fubuki–comenzó a llamarme Someoka, pero yo seguía en mi mundo, en el que maldecía al profesor de física y química–¿Qué te pasa? Estás raro, si te ocurre algo puedes decírmelo–terminó de decir con una mueca de preocupación.

–No quiero ser pesado–me sentía un poco mal, él hacía mucho por mí, quiero decir me defendía cada vez de Dylan, y de sus estúpidos amigos, y eso había logrado que mi vida no se me hiciera tan pesada, y que pudiera seguir con ella, como el chico alegre que solía ser anteriormente, pero por mi parte tenía la sensación que yo no hacía nada por él, por lo que llegaba a pensar que era pesado. Él negó dándome a entender que no era como creía, y que le dijera que era lo que me amargaba cada vez más por momentos–El profesor de física y química me ha vuelto a suspender, siempre ve alguna cosa para bajarme puntos, y al final me acabo quedando en un cuatro–le expliqué algo borde mostrando mi frustración de aquella manera.