Hospital, y paradero desconocido.

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Giré mi cabeza hacia Gouenji, el que había visto justamente lo mismo que yo, el que no dejaba de estar igual que sorprendido que yo, por lo que acababa de pasar por delante de nuestros ojos, que por supuesto no tenía ni el más mínimo sentido, empezando por debería de estar muerto, y no ir tan tranquilamente por la calle como si no ocurriera nada, es más los forenses nos dijeron expresamente que la mayoría de sus huesos estaban rotos, y que era más que obvio que había muerto por tortura, y por lo que acababa de ver, no se veía ninguna escayola de por medio, y pensar que habíamos visto un fantasma, tampoco es que tuviera mucho sentido, ya que estos no existían, ¿entonces qué se suponía que estaba pasando aquí?

–No tengo ni la menor idea–me sacó de mis pensamientos la voz de Gouenji, que aunque intentaba ocultarlo estaba un tanto temblorosa, lo que me llegaba a decir que estaba tan nervioso como yo, por no entender nada de lo que estaba pasando. Antes de que el semáforo se pusiera en verde, para seguir con nuestro camino para ir al hospital, igual de nervioso, se pasó la mano por el pelo, quitándose este del rostro, porque seguramente le molestaría–De momento iremos al hospital, se lo contaremos a los dos demás, y ya veremos qué hacemos–asentí con la cabeza como respuesta, la verdad era lo más lógico que podíamos hacer de momento.

Nunca llegué a pensar que este trabajo me llegaría a estresar tanto, yo sabía de sobra que la vida de detective no iba a ser para nada fácil, pero lo que nunca pensé que me pasaría, era que en un mismo caso llegaría a tener tantas incógnitas de por medio, empezando por no teníamos ni idea de quién se podría tratar el asesino, la lista de sospechosos era enorme, pero además los que en teoría podrían serlo en algunos casos de los que habían fallecido, en otras no podían ya que tenían una coartada sólida, lo que nos llegaba a confundir en sobre manera, y lo único por así decirlo que estaban investigando por lo que nos había contado Endou, uno de los que trabajaba por supuesto en aquella investigación, era que si alguno de los sospechosos mentía o no, para que así no sospecháramos de esa persona, sin embargo aún no habían sacado nada en claro, por lo que estábamos en las mismas. Por otra parte, y lo que nos acababa de dejar confundidos, una de las víctimas estaba viva, se podría decir que la conclusión que saco de todo esto, es que esto parece no tener el más mínimo sentido, y que parece que el asesino se está riendo de nosotros, y esperaba que Hiroto tuviera alguna pista del que era el asesino, si no este caso por el ritmo que era, iba a ser completamente imposible de resolver, ya es que lo tenía claro, nos enfrentábamos a un maldito genio.

Al cabo de los minutos, los cuales se me hicieron eternos, por fin llegamos al hospital, mis nervios cada vez aumentaban más por momentos, y es que decir que estaba preocupado por Hiroto era poco, me tenía más que eso si era posible, esperaba a que todo saliese bien, porque después de todo para mí sería demasiado doloroso ver su impotencia, en el caso de que su operación saliese mal, y que no pudiera mover sus dedos bien, porque como había nombrado esas operaciones eran demasiado complicadas, y también dependía de la experiencia del médico que lo atendía.

Gouenji seguramente notando el miedo que sentía, y la preocupación que me recorría el cuerpo, me agarró con suavidad de la mano, y yo sin poder evitarlo, se la apreté un poco, dejándose notar todavía más, mi preocupación, pero no podía hacer nada, Hiroto era muy importante para mí, y no podía aguantar que a él le hubiera pasado algo como eso, lo cual tendría que ser de lo más doloroso, no lo dudaba, ya que cuando nos lo encontramos en aquella situación con la mano en la pared, seguido de nuestra entrada, se acabó por desmayar. Apreté un poco más el agarre de nuestras manos, me sentía un tanto impotente, ni siquiera pude ir en su ayuda, es más yo en cierto momento me quedé en trance, sin ser consciente de lo que ocurría, sumido en mi mundo de las pesadillas, donde me encontraba o bien con mi pasado, lleno de desgracias sin iguales, y que me costaban la misma vida superarlas, o en ese establecimiento del gobierno, donde no se cortaron ni un pelo, y me utilizaron como un conejillo de indias, y estaba seguro de que no era el único que le habían dejado un mal trago, como un mal sabor de boca y más, y todo por sus malditos planes, que aún eran un total misterio.

Where are my memories? (Inazuma Eleven) (Goenji x Fubuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora