-¿Estoy bien así?
-Sí. –Contestó secamente Mima sin mirarme. Nunca entendería a esta mujer...
-¿Y yo?
-Tú estás perfecto, Daryl. –Abrí la boca ofendida.
¿Ven lo que digo? A mí ni se digna a mirarme, pero al todo poderoso de Daryl sí...
-Bien. Entonces ya podemos irnos.
-¡Ah! Te falta el complemento. –Dije yendo hacia la cómoda para sacar el ramito y ponerlo en el bolsillo de su chaqueta.
Al principio me miró mal, pero aún así salió de la habitación sin protestar. ¡Había ganado la batalla!
Negué riendo para salir también de la habitación y dirigirme al coche que nos llevaría a la ceremonia nupcial.
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-¡Felicidades!
-¡Muchas gracias! –Gritó Becca devolviéndome el abrazo. Luego hice lo mismo con su recién marido.
-Estás muy guapa, Alanna.
-Gracias, Donny. Tú también. –Sonrió y enseguida me acerqué a la barra del local para pedir algo de beber.
-Vaya, vaya... ¿Y esta bella flor de que jardín se escapó? –Fruncí el ceño dándome la vuelta descubriendo al chico que había dicho aquello. Vaya, nunca antes había visto a una persona tan atractiva como él. –¿No piensas contestarme?
-¿Ah? –Moví la cabeza volviendo a girarme hacia la barra para beber de mi copa. Me había quedado embobada mirándolo...
-Entonces, es que eres tímida. –Se apoyó a mi lado para pedir una copa mientras me encogía de hombros. –¿En serio? ¿No vas a contestarme?
-No te has presentado.
-¿Eh? –Me miró sorprendido al no esperar eso. –¿Qué quieres de...
-¡Son bromas! Soy Alanna.
-Uff... –Cogió el vaso que el barman había dejado frente a él para bebérselo de un trago. –Me la jugaste... –Reí removiendo mi vaso. –Me llamo Zachary, pero dime Zach.
-Está bien, Zach. –Volví a beber de mi vaso. –¿Y tú qué eres de Becca?
-Acaba de convertirse en mi tía. ¿Y a ti que te toca?
-¿Prima? Ni idea, pero viene siendo así como mi prima...
-No conoces a tu familia, ¿o qué?
-Pues claro que sí, pero ella es familia de mi ma... –Callé no queriendo meter la pata.
-¿Tu marido? –Lo miré sorprendida.
¿Pero como lo sabía?
-¡No! ¡Por supuesto que...
-Llevas un anillo puesto, Alanna. –Llevé la vista hacia mi mano queriendo darme una cachetada mentalmente al ver la alianza que había en ella.
-Bien, vale... Sí, estoy casada...
-¿Por qué?
-¿Cómo qué por qué? –¿Es que tenía que darle explicaciones de mi vida sin conocerlo de nada? –No eres mi amigo ni nada parecido como para...
-¡Alanna!
-Mierda... –Murmuré girándome hacia la voz poniendo mi mejor sonrisa.
-¿Qué crees que estás haciendo?
-Nada, Daryl. ¿Por qué? –Fruncí el ceño al mirar el bolsillo de su chaqueta y no verle la flor. –¿Dónde está tu flor?
-Se me habrá caído. –Dijo rápidamente restándole importancia antes de fijarse en Zachary. –¿Tú quien eres?
-Lo mismo puedo preguntarte a ti. –Miré a Zach sorprendida alzando las cejas.
-No tengo tiempo para estar hablando con niñatos ahora, anda.
-Eh, que yo a ti no te he insultado, vejestorio.
-¿Cómo? –La cara de Daryl se puso roja de ira y enseguida lo agarré del brazo para alejarlo un poco. –¿A quién llamas vejestorio, niñato?
-Vámonos ya, Daryl... –Tiré de su brazo para alejarnos de Zach e ir hacia la otra esquina del local.
-¿Pero quien se cree que es para llamarme viejo?
-Olvídalo, Daryl...
-¿Y tú qué hacías hablando con ese?
-Es el sobrino de Donny. Se acercó a pedir algo a la barra y terminamos hablando.
-Que bien, ¿no? –Rodé los ojos llevándome los brazos a la cintura antes de que Daryl me pegara a su cuerpo para apoderarse de mis labios.
-¿Qué haces?
-Fastidiar a ese idiota. –Dejó de mirarme llevando la vista al frente y sonreír cínicamente antes de coger mi mano arrastrándome con él.
No me hacía falta comprobar a quien le había sonreído, porque claramente había sido a Zachary.
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Dime Lo Que Sientes
RomanceAlanna Mayer siempre había tenido una vida fácil y adinerada, por lo que no había dudado ni un segundo en sacrificarla a cambio de la de su padre en cuanto este enfermó y las deudas lo ahogaron por todas partes. Se casó, salvó la empresa familiar y...