-¿Por qué siempre me traes aquí?
-¿No te gusta? –Respondió con otra pregunta.
-Sí, pero ya cansa... –Murmuré riendo divertida.
-Bueno, vale. Prometo que la próxima vez te llevaré a otro lugar. –Asentí sonriéndole agradecida.
Zach me había llevado, otra vez, a aquel descampado donde veíamos las estrellas. Aunque ahora era de día y no se veía ninguna, pero bueno...
-Por cierto... ¿No piensas hablar sobre lo que pasó el otro día?
-¿Y qué pasó el otro día? –Preguntó frunciendo el ceño. ¿Es que no se acordaba?
-¿No te acuerdas de lo que... –Sus labios se estamparon contra los míos dejándome sin habla.
-¿Esto fue lo que pasó el otro día? –Preguntó una vez que se alejó un poco manteniendo las distancias.
-S-sí...
-Mmm... Pues sí que me acuerdo, sí...
-Zachy...
-No, Alanna. Sé perfectamente lo que me vas a decir, así que no lo digas.
-Yo... –Callé cerrando los ojos para suspirar.
¿Iba a decirle que había sido un error? ¿Pero realmente fue un error?
-¿Sabes? Te llamas como una chica que sale en la película de October Baby.
-Pues sí, la he visto, pero ella no es uno de mis personajes favoritos precisamente... –Dije agradecida por que hubiera cambiado e tema.
-¿Y eso por qué?
-¿Cómo qué por qué? ¿Es que no te has dado cuenta de que ella es la "mala" de la película?
-Pues no...
-¿Cómo qué no? Ella odiaba a Hanna.
-¿Quién era esa?
-¡La protagonista! –Dije mirándolo divertida. –¿No se suponía que habías visto la película?
-Sí, pero... ¡Ya no me acuerdo! No es como si me supiera todas las películas de memoria...
-Bueno, vale. Tendremos que verla para refrescarte la memoria.
-Claro, y ya tengo el sitio pensado para ello. –Me sonrió antes de mirar su reloj de pulsera. –Hmm... Creo que es mejor que vayamos yendo a tu casa...
-Sí, está bien.
-Pero te espero esta noche en la entrada de aquel club, ¿vale?
-¿Para qué? Hoy no tenía pensado salir a ningún lado...
-Tú solo ve, Ally.
-Está bien... –Dije aún no muy convencida.
Tendría que inventarle una buena excusa a Daryl que lo convenciera de verdad para que no me interrogara respecto a mí salida de última hora.
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-¿Dar? Ya me voy...
-¿A dónde? –Preguntó haciéndome resoplar fuertemente. ¿Es que este hombre no escuchaba nada de lo que le había dicho antes?
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Dime Lo Que Sientes
RomantizmAlanna Mayer siempre había tenido una vida fácil y adinerada, por lo que no había dudado ni un segundo en sacrificarla a cambio de la de su padre en cuanto este enfermó y las deudas lo ahogaron por todas partes. Se casó, salvó la empresa familiar y...
