⸾ UNA SEMANA DESPUÉS ⸾
-Hola...
-¿Alanna? –Sonreí satisfecha ante su cara de asombro. –¿Qué haces aquí?
-Vine a verte. –Me acerqué hasta él para besar sus labios. –¿Qué tal el día?
-¿Bien? –Preguntó haciéndome reír.
-¿Tanto te sorprende que venga a verte?
-Pues sí. –Afirmó Daryl aún con el ceño fruncido. –Pero bueno... ¿Tu día que tal?
-Bien también. –Respondí sentándome en una de las sillas frente a él.
Había decidido ir a visitar a Daryl a la empresa tras pasar una mañana aburrida en casa.
Además, hacía tiempo que no pasaba por aquí y aunque nunca me había llamado mucho el trabajo de papá o de Daryl, tenía que mostrar cierto interés por él. Después de todo, una parte de esa empresa era mía también.
-¿Segura de que viniste solo a verme a mí? –Volví a reír mirando su cara dubitativa.
-Sabes que sí. ¿A quién más vendría a ver? Pero...
-Sabía que había un pero...
-Pero me gusta pasar de vez en cuando por aquí, no voy a mentirte. –Asintió con la cabeza estoy segura que agradecido por haber argumentado mi respuesta. –¿Llegarás tarde a casa?
-Aún no lo sé. ¿Por qué?
-Porque se me estaba ocurriendo... –Alzó una ceja curioso en mi dirección. –No sé... Tenemos una bonita ducha en la que nunca nos hemos bañado juntos...
-Alanna... –Gruñó poniéndose de pie para venir hasta mi rápidamente.
-¿Q-qué?
-Estás provocándome... –Murmuró inclinándose hacia mí con ambas manos apoyadas en los reposabrazos de la cómoda silla.
-¿Si? –Pregunté inocentemente mordiéndome el labio inferior juguetona. Claro que lo estaba provocando. Por una vez en mi vida tenía ganas de ser yo la que jugara con él en estas cosas.
-Prometo salir antes para que podamos hacer todo lo que se te esté pasando por la cabeza ahora mismo.
-¿Lo que quiera? –Pregunté melosamente acercándome a su cara .
-Eso dije, sí.
-Hmm... que propuesta más tentadora. –Dejé un corto beso en sus labios antes de poder esquivarlo para dirigirme hacia la puerta.
-¿A dónde vas?
-Tengo que irme ya si quieres que todo esté perfecto. ¡Nos vemos en casa! –Le guiñé un ojo antes de salir de su despacho encontrándome con su secretaria en su puesto de trabajo.
-¿Ya se va, señora Mayer?
-Sí, Julie. Nos vemos otro día.
-Por supuesto. Hasta luego, señora, y que pase un buen día. –Le sonreí agradecida antes de coger el ascensor para dirigirme a la salida del edificio.
Esperaba que las palabras de Julie fueran verdaderas y pasara un buen día.
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Dime Lo Que Sientes
RomanceAlanna Mayer siempre había tenido una vida fácil y adinerada, por lo que no había dudado ni un segundo en sacrificarla a cambio de la de su padre en cuanto este enfermó y las deudas lo ahogaron por todas partes. Se casó, salvó la empresa familiar y...