-¡Papi!
-Hola, cariño. –Llegué hasta él para abrazarlo fuertemente.
-¿Cómo has estado?
-Mejor que otras veces. –Dijo antes de empezar a toser. –De verdad...
-Te has estado tomando las pastillas, ¿verdad?
-Claro. –Sonrió antes de volver a toser. –¿Dónde está Daryl?
-Creo que trabajando... –Murmuré encogiéndome de hombros. En realidad no tenía ni idea de donde se encontraba, pero eso él no tenía porqué saberlo.
-¿Crees? Es tu marido, Alanna. Tienes que saber en todo momento donde... –Hice una mueca de disgusto al oír su tos nuevamente. –Está.
-Sí, bueno...
Nunca le había confesado a papá la razón por la cual me había casado con Daryl, él no debía saberlo. Al fin y al cabo, solo lo había hecho para salvar su imperio, aquel por el que tanto había luchado.
-Bueno, que no quiero que parezca que te regaño, Aly. Ya eres mayorcita para esas cosas. –Asentí sonriéndole antes de volver a abrazarlo.
-¿Sabes? Ayer se casó la prima de Daryl.
-¿Cuál de ellas?
-Becca.
-Hmm... Ya ni me acuerdo de ella, cariño...
-Bueno, pues su boda fue ayer y fuimos a la ceremonia. ¿Quieres ver las fotos?
-Por supuesto. –Caminé hacia mi bolso para coger el móvil y buscar las fotografías que nos habíamos tomado el día anterior.
-Mira, ella es Becca y este es su marido Donny.
-Ah... Ya me acuerdo de ella, sí.
-Y aquí estamos nosotros.
-¡Oh! ¡Qué hermosa, cariño! Te pareces tanto a tu madre... –Sonreí tristemente mientras pasaba las fotografías.
Mi madre era un tema tabú para mí. Nos había abandonado a mi padre y a mí en cuanto éste se había puesto enfermo de los pulmones y las deudas nos habían comido. ¿Es que sólo había estado con mi padre por dinero?
-¿Aly? Aly, cariño...
-¿Ah? Ah, sí. ¿Qué pasa?
-¿Que te pasa a ti, cariño? ¿En qué pensabas?
-En nada importante, no te preocupes. –Dije sonriéndole tranquilizadoramente.
André, mi padre, era el hombre más bueno del mundo que solo se merecía lo mejor de lo mejor, y si en mis manos estaba poder ayudarlo para ello, lo haría sin pensar. Me tiraría a una piscina vacía con los ojos cerrados si hiciera falta.
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-No te pases... –Murmuré esquivando sus manos en cuanto se habían colado en medio de ambos.
-¿Por qué?
-Porque no... –Me senté en la cama ajustándome la sábana alrededor del cuerpo no queriendo que se me viera nada. –Voy a bañarme. –Me levanté rápidamente sin darle tiempo a responder o protestar para meterme en el baño.
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Dime Lo Que Sientes
RomanceAlanna Mayer siempre había tenido una vida fácil y adinerada, por lo que no había dudado ni un segundo en sacrificarla a cambio de la de su padre en cuanto este enfermó y las deudas lo ahogaron por todas partes. Se casó, salvó la empresa familiar y...