CAPÍTULO UNO

1.8K 144 34
                                    

—¡Mierda, Bruce!—comentó mi compañero de departamento, Connor—. Tienes que apurarte si quieres llegar temprano a con Hillary.

—¡No encuentro mi maldita chaqueta!—grité también yo—. ¡Oh mentira, aquí está!—agregué, y sonriéndole le mostré la chaqueta.

—¿Quieres alejar a las chicas con esa mierda?—contestó Connor con cara de asco y viendo mi chaqueta. Era de mezclilla negra, un poco desgastada pero para mí era perfecta. ¿Cuál era su problema?

—¿Crees que me importa si no les gusta mi chaqueta? eres más delicado que mi hermana, Connor.

Connor era una especie de hermano para mí, llevamos conociéndonos desde los 13 años.

Oh sí, qué tiernos.

Nos conocimos porque una vez me empujó y yo le regresé el golpe, y así sucesivamente. No nos soportábamos. Después de varios años de tener que convivir porque en las materias nos tocaba en la misma aula, terminamos hablándonos, y finalmente, se convirtió en mi mejor amigo.

La verdad, es que ambos sabíamos que no nos llevaríamos bien porque éramos completamente distintos, pero después que tuvimos que convivir fuimos soportándonos poco a poco hasta que nos agradamos, nos hicimos amigos y desde hace 1 año que ya vivimos juntos.

¿Qué les puedo decir? Ahora es como mi hermano.

Él era alto, de ojos color azul y su cabello era color castaño. Era de piel clara que combinaba con su cabello, era fornido y con eso mataba a miles de mujeres.

También era un mujeriego.

—¿Ya estás o sigues poniéndote rímel y pinta uñas?—preguntó Connor burlándose.

—Payaso. —Contesté yo después de salirme del departamento.

—Oh no, si aquí el payaso eres tú. —Me contestó él ya cerrando con llave la puerta del departamento.

Pero qué gracioso.

Mientras íbamos en camino en el Jeep de Connor, escuchábamos a todo volumen "Under the bridge" de Red Hot Chili Peppers. Mierda, cómo me gustaban.

—¡Take me all the waaaaaay!—seguía cantando después de un rato que había terminado la canción, y sí, ya estábamos estacionando el Jeep afuera de la casa de Hillary.

—Mierda Bruce, aún no entramos y ya te sientes en la fiesta. —Comentó Connor riendo.

—Sé aprovechar de la buena música, déjame decirte. —Lo señalé.

—¿Y cuál es la buena música?—habló una voz por delante de nosotros.

Mierda, no me había percatado que aquí estaba Sophia, y en frente de nosotros.

Aún ni entramos y ya están los malestares.

Sophia, era la típica chica a la que todos ya la habían tenido en su cama, y en realidad creo que solo faltaba yo.

Qué orgullo no haber estado con ella, me enfadaba. Tal vez si no fuera tan empalagosa la soportaría por lo menos, porque fea no era.

Era rubia, alta y con un cuerpo nada feo. Pero seguro ya estaba más tocado que un pasamanos de un bus.

Así que sí, estaba orgulloso de no ser un cliché junto a Sophia.

—Bruce, te están hablando—dijo Connor, ¿Y esos son los amigos? Sabe que me cuesta un grano en el culo para hablar con ella.

30 Cosas de un perdedor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora