Esto era una mierda. Una mierda muy incómoda.
Ya era lunes, y yo desayunaba con mi padre... Y su próxima esposa.
A penas hace tres días que Genesis me había hablado de lo que tal vez ocurriría con ellos, pero igual no sabía cómo tener la reacción frente a ellos.
"Oh vaya, ya lo sabía. Y por cierto, Elizabeth, mi hermana te hará la vida imposible. Sí, más de lo que ya acostumbra".
"¡Qué gusto me da que por lo menos no morirás solo, después de que ambos hijos se casen!".
"No querrán que le diga de cariños, ¿o sí?"
"Ni siquiera me gustan los niños pequeños."
"Creo que voy a vomitar".
No.
Aún no me decía nada, pero vamos, las veces que hemos desayunado los tres juntos son contadas, y sólo para noticias como "Elizabeth es mi pareja, Bruce", "Elizabeth quiere que se sientan como en familia con ella".
Así que creo que era más que obvio.
—Bruce—el primero en hablar después de un rato de haber llegado a aquella cafetería fue mi padre.
—Suéltalo.
—¿Qué suelto?—la soga que te estás amarrando al cuello, de seguro. Mi padre estaba más nervioso que cuando nos contó de Elizabeth.
—Sé que me han invitado a pasar un rato con ustedes por algo. Digo, no es como si estemos acostumbrados a esto.
Mi padre y Elizabeth intercambiaron miradas entre ellos.
—¿Qué si sólo queríamos desayunar junto a ti, Bruce?—por primera vez habló Elizabeth.
—Espero que su noticia no sea mala, no querrán que tenga un día tenso en el estudio. —Los que se tensaron fueron ellos cuando les advertí.
¿Saben qué diré?
Bravo, Bruce.
Sabía la noticia, pero como dije antes, no sabía cómo reaccionar ante ellos.
—Eso será depende de ti y cómo es que lo tomes...—dijo mi padre—bueno, empecemos.
—Vamos que te estás tardando.
Mi padre suspiró y se limpió sus manos en la servilleta que había en la mesa. Desde mi lugar (que estaba en frente de ellos) podía ver cómo le sudaban las manos.
—Como sabes, Elizabeth y yo llevamos ya tiempo que tenemos una relación.
—Sí. —Lo apuré al ver que no decía nada más.
—Y ella es más joven que yo.
—Sí. —Repetí.
—Pero también ya tiene edad. —Elizabeth lo miró. Estaba seguro que ella estaba en un dilema de ofenderse por lo que dijo mi padre o darle la razón. A ninguna mujer le gusta que le recuerden que cada día es más vieja, y que no pueden hacer nada para detener eso.
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30 Cosas de un perdedor
Teen FictionBruce sólo busca diversión, nunca mide sus actos ni en cómo afecten sus palabras. Solo vivía de hacer reír a todos los demás. ¿Una novia para él? Pff, si los perdedores no tienen novias. ¿Una chica para un rato? Tampoco es un cliché. Bruce no cre...