30 Cosas de un perdedor

CAPÍTULO DIECISIETE

2:36 a.m.

Estaba en un profundo sueño, cuando entonces un ruido comenzó a sonar y me desperté poco a poco.

Era mi celular que estaba en vibrador.

—¿Es que no conoce lo que es dormir?—dije con la voz más adormilada que se pudiera escuchar.

—¿Dormir? Bruce, Soy Matt.

Ah, Matt.

Mierda.

—¿A caso estás durmiendo con mi hermana?

—¿Qué? N-No. No estoy con Allison.

—Ella me dijo que estaría contigo y qué pasarías a recogerla. ¿No fue así?

—Oh, sí, pero justo ahora no estoy con ella.

—¿Dónde está? No responde mis llamadas y no tengo señal de ella. Se suponía que irían al muelle.

Sí, después discutimos y no supe de ella. ¿Había hecho mal con dejarla?

Mierda, ahora que lo pensaba, sí. Era mi responsabilidad, ¿no?

Y si ella no le había avisado, ¿estaría escondiéndose de él? ¿O fui un pretexto para que fuera a otra parte?

Mierda, me estoy poniendo paranoico.

—He tenido algo de sueño y me de dormido acá. Es cómodo dormir en el césped, ¿sabes?—¿Es en serio, Bruce? Ni yo me creía esa gran tontería.

—Te entiendo. —¿Pero qué...?—¿entonces en dónde está ella?

—Justo la estoy viendo, está dormida también. Iré por ella y le diré que te hable. —Dije y colgué. Tomé las llaves del coche y me salí, sí, así en pantuflas.

Momentos antes no me sentía para nada culpable si le llegara a pasar algo, no era mi culpa, ¿o sí?

Aparqué en la entrada del muelle, donde seguro todos los carros que estaban alrededor eran de los chicos y chicas que estaban de fiesta ahí adentro.
Llegué corriendo al fondo, en dónde hace unas horas nos habían invitado a Allison y a mí para festejar... No sé qué se supone que teníamos que festejar.

Nada. No estaba Allison.

Empecé a mirar por todos lados, esperando ver su oscura cabellera, cuando a lo lejos la vi. Así que corrí a prisa hacía ella.

—Por fin te encuentro. —No. cuando agarré su hombro para que volteara me di cuenta de que esta chica no tenía nada que ver con Allison... o bueno, algo así.

Esta chica lleva una minifalda y un top de color rojo oscuro, y aunque Allison suele llevar faldas muy muy cortas, el día de hoy para nada iba así.

—¿Qué dices? Oye, puedo ir contigo, pero no tengo prisa tranquilo.

—¿Han visto a Allison?—pregunté a la bolita de chicos que rodeaban a la chica.

—¿Allison? ¿Quién es esa?—y sin más seguí buscando a Allison.

Estaba a punto de darme por vencido. La idea de que se hubiera ido a algún otro lado me parecía lógica, y más después de que la dejé botada.

Pero la vi. Esta vez sí era ella. Vaya que sí.

Estaba en medio de dos chicos y tenía agarrado del cuello a uno de ellos, que estaban que se la comían con la mirada mientras ella sólo reía sin parar.