Capitulo 3

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-Hola preciosa- el chico sexy desconocido me saca de mi ensoñación, que tenía con sus ojos -¿Cómo te llamas?

-Dime Abby- le doy una sonrisa coqueta que al parecer funciona porque me toma mas fuerte de la cintura -¿Cuál es el tuyo?.

El sonríe de lado y casi mata del corazón. ¿Por qué hace eso?

-Que ridícula eres niña- paciencia señor, dame paciencia. -No te metas, es mi problema-.

-Me llamo Kenneth, linda-

-Lindo nombre- le digo y le guiño un ojo.

Seguimos bailando, unas tres canciones después ya estoy agotadísima.

-¿Quieres algo para tomar? -me dice la tentación de hombre que tengo al lado.

-Por favor.

Cuando vamos a la barra, pido una cerveza y me quedo embobada viendo su rostro hasta que mis ojos se dirigen a los suyos y estos están mirando fijo mis labios. No me pude resistir y ataqué sus labios con los míos.

El beso era caliente, excitante, sus labios eran carnosos y suaves, cuando nuestras lenguas se encontraron una explosión de placer fue lo que sentí, provocando un fuerte gemido y como respuesta Kenneth me apretó mas contra el y clavo su erección en mi vientre, haciendo que mi sexo se humedeciera.

Poco a poco fui recordando donde estábamos y me separé del chico, sus labios estaban hinchados al igual que los míos y nuestras respiraciones aceleradas. Sus ojos estaban oscuros, sus pupilas dilatadas y apuesto todo lo que tengo que los míos están igual.

-Deberíamos ir a un lugar mas privado- le dije, dándome cuenta de que teníamos varios espectadores.

-Es cierto- contestó mirando alrededor y dándose cuenta de lo que yo había visto.

Tomó mi mano y nos dirigimos a la puerta, ya en su auto le envié un mensaje a mis amigas y hermana de que no se preocupen por mí.

***

Llegamos a un departamento en las afueras de la ciudad. Luego de 30 minutos de camino aún no se había bajado la calentura.

Entramos a el edificio y luego a ascensor, ni bien había cerrado la puerta el ojiazul me devoró la boca. Nos tocamos y besamos hasta que sentimos el sonido de llegada de la caja metálica.

'Hot Scene'

Kenneth abrió la puerta y me tomó de la cintura, cerrando así con su pie; me mordió el labio y lo succionó para luego besarme intensamente. Caminamos hasta lo que supuse era su habitación, me quité los tacones con mis pies y luego el chico me saco el vestido, no sin antes separarse de mí.

No traía sujetador y su mirada viajó directamente a mis pechos y en sus ojos brilló el deseo, haciendo palpitar mi intimidad. No dijo palabra y no lo necesitaba, me acerqué a él y saqué su camiseta por su cabeza.

Kenneth tomó mi rostro entre sus manos y me beso una vez mas, yo ciegamente le desabroché sus pantalones dejándolo en bóxers. Nos separamos y mi hombre me tiró a la cama y él encima mío.

Comenzó a besar mi cuello y clavícula hasta mis pechos, arrancándome suspiros y jadeos. Tomó mi pezón derecho en su boca y tocaba el otro, succionaba, lamía y mordia, haciendo que gimiera como loca y le dio la misma atención a mi otro pecho.

Volvió a mi boca y mientras me besaba su mano toco mi sexo húmedo haciéndome arquear de placer.

-¡Oh nena! Que húmeda estás- su voz era ronca, cargada de placer. Y yo estaba que no podía articular palabra alguna.

Se colocó entre mis piernas y presionó su erección en mi sexo. Su pene estaba duro, caliente, impotente y yo solo quería tenerlo dentro de mí.

-Por favor- supliqué en un gemido.

-¿Por favor qué linda?

-Penétrame Kenneth, por favor- le susurré en su oído y eso hizo que abandonara todo su auto control.

Arrancó mis bragas de un tirón y se deshizo de sus bóxers, se colocó un condón y me penetró fuertemente, arrancándome un grito de placer.

Sus embestidas eran fuertes y certeras, mi cadera estaba sincronizada con la suya y yo quería más.

-Mas fuerte Kenneth.

Y así lo hizo, nuestros gemidos hacían eco en la habitación, mis músculos se tensaron y supe al igual que Kenneth que llegaría al orgasmo.

Solté un grito-gemido de placer cuando alcancé el climax, cuatro embestidas más y Kenneth llegó, cayendo cansado encima de mí.

Cuando nuestras respiraciones se regularon Kenneth me besó y salió de mi lentamente haciéndome gemir. Sentí un liquido espeso y caliente en mi entrepierna y rápidamente me alarmé.

-¿Qué ha pasado?- le pregunte al chico.

-Se ha roto el condón.

¡Puta Madre!

Tranquila Abby hay que mantener la calma.

-No importa tomaré un anticonceptivo de emergencia.

Kenneth suspiró de alivio y se tiró a mi lado, no sin antes quitarse el condón roto. Me miro y dijo:

-Me hiciste perder el control linda.

-Suelo tener ese efecto en las personas- le guiñé un ojo y su bonita cara se adorno con una sonrisa picara.

-¡Oh ven aquí!

Me tomó por la cintura y me coloco a horcajadas en su creciente erección.

Chicos y chicas, el segundo Round.

Inesperado (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora