CAPITULO 3

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Al muchacho se le antojó comprobarlo con un beso... Le aprisionó las manos en su espalda y su boca la poseyó... No habían llegado al punto, pero él ya tenía pensado enseñarle a besar... Aunque hasta el momento no lo hacía nada mal...

Ella se relajó en sus brazos y él fue deteniendo el beso...

C: No pelearé con mi padre por alguien a quien ni siquiera le importo...
F: claro que me importas, Cristina... Más que nadie en este mundo...
C: ¿Qué sientes por mí...?

Pregunta hecha. Y de esa respuesta dependería la decisión de Cristina... Alejarse de Federico o seguir adelante con aquella extraña relación...

De la nada Federico empezó a sudar frio... Siempre evitó declaraciones de amor y no las necesitó nunca para conquistar a una chica, pero el asunto con Cristina era un punto aparte.

Ella demandaba una respuesta y él tenía que decirle algo...

F: me gustas... Te veo y quiero tocarte... Besarte... Me gusta pasar tiempo contigo... Que platiquemos... Detesto que otro se te acerque...

Cristina sonrió en medio de aquella confesión... Claro que estaba enamorado de ella... Esos eran síntomas precisos...

Pero había un pequeño gran detalle en todo eso, él no quería sentirse atado a nada ni a nadie... Y era precisamente lo que representaba un noviazgo...

A Cristina parecía habérsele olvidado que dentro de unos meses Federico se iría, pero era lo suficientemente feliz al saber que aunque él no se diera cuenta, sí que la quería...

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Aquel día en la prepa Cristina veía con horror como Federico se iba de golpes con otro muchacho...

No sabía el motivo, pero para nadie era un secreto que el grupo con el que se juntaba no eran buena cosa...

En un rincón Cristina curaba los golpes de su enamorado...

C: ¿Por qué te peleaste...?
F: déjame en paz, Cristina... ¿Quieres controlarme??
C: es una simple pregunta, Federico...
F: no soporto la gente idiota... Y ese es uno de tantos...
C: ¿Qué harás esta noche...?
F: ¿Ves como sí quieres controlarme?? (Apartándole las manos de él) Yo no soy ningún mandilón.
C: ¿Por qué te pones agresivo conmigo?? A veces es como si fueras otro... (Dejándolo solo)

Esa noche mientras Cristina y sus padres recibían a la familia Robles para cenar; Federico en compañía de sus compinches salían de juerga...

Poco antes de la medianoche, si Cristina no abría la ventana, se iba a armar un escándalo, o alguien en específico lo haría...

F: Cristina...
C: Federico, estás borracho...
F: no... Bebí sólo unas copas...
C: muchas diría yo... (Sin saber por qué se dejaba abrazar de él)
F: tenía que verte...
C: eres muy joven para beber así...
F: no me regañes, Cristina... No es eso lo que vengo a buscar...

Sus manos le tomaron el rostro y con un ávido beso le abrió la boca... Introdujo su lengua, lo cual sorprendió a Cristina... Normalmente no era tan salvaje...

La arrinconó contra una pared y siguió besándola... Sus labios fueron moviéndose hasta que se cerraron sobre su cuello... Lamiendo y mordiendo esa zona...

¡Un ruido en el pasillo!

C: Federico, vete... Hay alguien en el pasillo... Por favor...
F: no importa que sepan que estoy aquí...
C: claro que importa, mi papá es capaz de matarte... Vete ya... (Empujándolo hasta la salida)

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Como no podían encontrarse en el pueblo y ser víctimas de miradas y comentarios que llegaran a oídos de Don Severiano, estaban dispuestos a escabullirse de día o de noche...

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