CAPITULO 4

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Ella no lo sabía, pero esa noche cambiaría el rumbo de su vida... Y también la de él...

F: sigue...
C: gracias...
F: como te dije, todo el mundo está dormido pero si quieres algo vamos a la cocina...
C: quisiera un poco de agua...

En media cocina Federico vio cómo Cristina tímidamente bebía del vaso... A lo mejor un té le ayudaría, pero él no sabía preparar nada...

Lanzó una pregunta que podría parecer inocente... Aunque quizás no lo fuera...

F: ¿te gustaría conocer mi recámara...?

// Capitulo 4 //

No se supo si dijo "sí" o "no"... Pero Federico cerró la puerta detrás de él, esperando la reacción de Cristina...

Una habitación bastante común... Obviamente la decoración era masculina, nada de sofisticación... Pero sí orden...

Él agradeció a la criada que insistía siempre en organizar y limpiar su desorden, cosa normal a esa edad...
Lo único a la vista era la chaqueta y la corbata que se quitó en cuanto llegó...

C: no puedo creer que mi papá pretenda obligarme y escogerme novio...

No era nada extraño en esa época, la mayoría de los matrimonios eran arreglados en pro de las familias, negocios o propiedades varias...

F: olvídate de eso, Cristina... (Hurgando en los bolsillos de su pantalón encontró una cajita de terciopelo) Tu regalo de cumpleaños...
C: Federico... (Gratamente sorprendida) Me compraste algo...

El que hubiera pensado en ella agradaba enormemente a Cristina, fue como una inyección de ilusión a esa relación que mantenían, y una muestra más de que Federico la amaba...

F: eso es lo que se hace cuando una persona cumple años, ¿no? Ábrelo...

El comentario fue cero romántico, pero la chica lo pasó por alto, como muchas cosas de ese muchacho al que amaba perdidamente...

Una cadena con un pendiente de corazón... Exageradamente cursi, pero fue eso lo que le recomendaron a Federico en la joyería de Villahermosa al no saber qué comprarle...

>> "Tu novia va a morirse de la emoción si le regalas un corazón..." <<
Y vaya que fue cierto, el rostro completo de Cristina era de felicidad y de emoción...

Pero nada tenía que ver con que el material fuera de oro puro, porque aún una cadena de mentira le hubiera causado la misma alegría...

C: Es precioso...
F: ¿De verdad te gusta...?
C: me encanta... Lo amo... Y te amo más a ti por tomarte el trabajo de buscar y comprar algo para mí...

Fuerte... Las palabras salidas de los labios de Cristina abofetearon a Federico... Porque esas eran palabras de otro nivel... Que él nunca podría pronunciar...

Él se quedó pensativo mientras ella lo abrazaba, ambos sentados en un borde de la cama... ¿Qué podía decir Federico...?

C: ¿Me la pones...? (Separándose del abrazo, le entregó la medalla y se puso de espaldas a él)

Acto seguido se recogió el cabello en alto, aunque no lo tenía muy largo...

Federico se tardó más de lo normal en abrochar la cadena, y cuando lo hubo hecho sus labios atraídos por imanes que parecían estar regados en el cuello de la joven la besaron...

Un frío que contrastaba con el calor interno que empezaba a bullir... Y ella no lo sabía, pero la diferencia la hacía la manera de besar de él... No eran sólo sus labios... La humedad de su lengua quería probar aquella piel... Los tendones en la caída del cuello...

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