Capitulo VI

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Al amanecer no la sentí en mis brazos, pero apenas me moví.

—Sí que te gusto dormir en el suelo —dijo sarcásticamente.

—Sí, de seguro aún me mantenía dormido porque pensaba que aun tú estabas conmigo acá —respondí con sarcasmo igual.

—Espera que dices ¿soñaste conmigo? —preguntó entre risas.

—No, definitivamente dormiste a mi lado.

—Sí, claro dejar mi cama por el suelo, es tan típico —dijo irónica.

—Tal vez no fue por el suelo, fue por mí.

—o tal vez fue por lo que soñé.

— ¿Lo estás admitiendo?

—No lo estoy negando, pero estoy afirmando que soñé.

— ¿Qué soñaste?

— ¿Eso me lo puedo reservar? —Dijo con un sentimiento guardado— Es mejor acá dentro que afuera —señaló su cabeza.

¿Qué dijiste Johann? ya hiciste sentir mal a Zoe, torpe.

—Te siento extraña —pregunté angustiado por ella— ¿qué te ocurre?

—Es mejor que solo yo sufra sin mostrarle sufrimiento a los demás.

Espera, por lo visto no es por mí ¿qué le ocurre? Yo he mostrado lo que soy ahora y ella me guarda algo.

—Entonces yo también debería sufrir solo sin ti ¿no?

—No es nada —con voz triste respondió.

—De seguro si es algo, pero si no quieres decirme —respondí con decepción.

—Te diré, lo que pasa es que tuve una pesadilla, y... —dijo. Noté como su ser se congestionaba y comenzaba a llorar.

¡Bravo la has hecho llorar!

— Zoe ¿estás bien? No llores.

—Es que me duele cuando recuerdo el pasado.

— ¿Que pasó en el pasado que te causa tanta aflicción?

—Me enamoré, pero él no creía en mí, no creía en mis sueños o en lo que pudiera lograr.

Se enamoró...

— ¡Ha de ser tonto! ¿Cómo no creer en ti? si eres una chica genial e inteligente como ninguna —La abrace—. Tú eres fuerte, no puedes sufrir por alguien como él.

— ¿En serio crees eso? —dijo bajando la voz.

—Por supuesto Zoe —le sonreí.

—Gracias Johann.

—De nada, pero ya deja de llorar ¿sí?

—Es que todo fue muy frustrante —dijo bajando la intensidad de su llanto—, él fue la causa de que yo me integrara a la fundación.

Espera... ¿aun... salen? ¿Ella tiene novio?

— ¿Por él perteneces a la fundación? —pregunté con dudas.

—Sí, soy colaboradora en la fundación puesto que me permite distraerme y no pensar en él. Sino que pienso solo en traerles alegrías a personas que me necesitan. Aparte he aprendido que hay personas que si saben amar a un ser, un ser que tal vez no sea humano pero si está vivo al igual que nosotros y no merece ser lastimado, solo amado.

No, creo no que tiene novio.

— ¡Wow! —Exclamé— Por ello es que eres colaboradora. Lo haces ver como el mejor pasatiempo de todos.

La Distancia Más CortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora