veintinueve.

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La alarma sonó

Un exaltado Yoon Gi se sentó de golpe sobre su cama con su corazón palpitando tan rápido que sintió que en cualquier momento se le iba a escapar por la boca.

-Hyung, hasta que al fin despiertas.- la voz ronca de Nam lo hizo mirar hacía la puerta.

Restrego sus ojos, pensando que esto era un sueño.

Pero al ver que Nam seguía ahí llevo su mano bajo las sábanas y pellizco con fuerza su pierna; sintiendo un fuerte dolor que recorrió todo su cuerpo.

-Hyung necesito que ne prestes tu auto para que vayamos a una fiesta.- jugaba con las llaves del auto en su dedo índice.

-Solo fue un sueño.- susurro el blanco para si mismo.

-¿Qué?.- preguntó su compañero pensando que le hablaba a el.

Yoon Gi negó rápido.

-Puedes usarlo.- gruño.- pero no quiero ir.- se cubrió completo con las sábanas y cerro sus ojos.

Quería volver al sueño, con ese chico perfecto de piel bronceada y un gran trasero.

-Esta bien Hyung.- musitó esté.

Yoon Gi se volvió a dormir pero no soñó con ese hermoso chico, en su sueño el rostro era diferente, pero aún así no recordaba la cara de su hermoso chico, se estaba frustrado en su sueño.

El quería recordar la cara de ese chico.

Pero mierda no podía.

Abrió sus ojos y miró el techo.

-Esta bien, solo fue un lindo y extraño sueño.- murmuró.

Cerró sus ojos y durmió.

Nam estaba totalmente borracho junto con Jin.

Ho Seok y Tea estaban levemente conscientes pero no del todo.

Estos le daban las indicaciones en donde quedaba la casa de Nam, a Jimin, el cual estaba completamente sobrio conduciendo con mucho cuidado donde le indicaban los otros muchachos.

Al llegar a esa casa los 4 mayores quedaron inconscientes por ingerir tanto alcohol.

Salió del auto y fue a la casa.

Toco una vez. Nada.

La segunda vez. Nada.

Tocó por tercera vez y obtuvo el mismo resultado que en los 2 primeros intentos.

Suspiro frustrado.

-¿Qué hago?.- se preguntó asi mismo.

Decidió intentarlo de nuevo.

Tocó una cuarta vez y ahora si se escuchó un ruido proveniente de adentro.

-¡Ya voy!.- gruño una voz muy ronca, casi molesta.

Y Jimin pensó que el papá de Nam estaba en casa.

Los pasos por la escaleras lo hicieron ponerse más nervioso y las grandes pisadas que habían en el interior de la cada hizo que su corazón se exaltara.

Pero cuando abrieron la puerta Jimin se tranquilizó por completo.

Yoon Gi subió su mirada desde los pies hasta el rostro de ese chico y sintió que el aire le faltaba.

Su rostro se le hacía familiar, muy familiar.

-Hola.- susurro Jimin un poco incómodo ya que Yoon Gi no dejaba de mirarlo.

Viviendo con mi ex esposo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora