La mujer de verde.

Prometo no estorbar.

El bonito y moderno número 10 de Westwood, y en cuestión el segundo piso, era en ese preciso momento un universo independiente del resto del edificio, donde reinaba el caos y los nervios. Raven corría de un lado a otro, de su propio armario al de sus dos compañeras buscando el atuendo más adecuado para conocer a la que ella creía la mujer de su vida. Este último hecho, y aunque se tratase de un personaje famoso y sus oportunidades fueran mínimas, era algo insólito en la vida de la morena, ella no era de ataduras, no era la típica chica a la que llevarte a la cama tras 2 frases bonitas, Raven se iba a la cama si ella quería, no cuando tú lo decidieses ni con promesas que la mayoría no iban a cumplir, Raven vivía su vida, mejor o peor, pero era libre y eso era algo que nunca nadie iba a conseguir arrebatarle. Con una mente prodigiosa y un físico de infarto, la ingeniera tenía muy claro lo que quería y lo que no en su vida, exprimía cada segundo y sacaba el máximo jugo a cada momento. Nunca diría que no a un buen plan improvisado.

Clarke la miraba divertida en la cama pensando en todo lo que su amiga había logrado y recordó el momento en el que aquel estúpido Finn jugó con las 2 y estuvo a punto de separarlas. Apenas contaban con 17 años cuando empezó a tontear con cada una, ellas en su infantil e inocente romanticismo había caído rendidas ante los encantos del joven que aprovechó para salir con las 2 y ponerlas en contra. Aquella competición había durado más de lo que le hubiera gustado a Clarke, poco dada a relaciones en general desde entonces, ya que por primera vez en su vida había habido alguien que había conseguido separarla de Raven. La sensación de imaginar su vida lejos de aquel torbellino que era su amiga se le hacía insoportable, cuando Clarke decidió mudarse con Octavia a Los Ángeles sufrió al saber que, además de su madre, abandonaba a su mejor amiga, pero Raven le propuso con los ojos cerrados trasladarse con ella para continuar con su carrera junto a su rubia preferida.

En todo esto andaba pensando una Clarke que, sin percatarse, se había visto cubierta de una enorme pila de ropa.

- ¿Clarke? Estoy hablándote, si vas a seguir ahí tirada porque tú intención es conocer a tu cuñada con pintas de universitaria encerrada en una biblioteca ese es tu problema, pero me gustaría un poco de ayuda con esto - Raven levantó 2 perchas al aire mientras las agitaba en la cara de Clarke - ¿Crees que es mejor el modelo "vestida para matar" o este modelo "informal porque me eres indiferente pero lo suficientemente sexy para llevarte a mi cama"?

Clarke estalló en una carcajada ante la preocupación de la rubia, eran las 6 y 15 de la tarde y si no se terminaba de decidir llegarían tarde. Realmente tenía mucho que estudiar, muchísimo de hecho, pero estaba segura de que su amiga no la dejaría permanecer en la tranquilidad de una casa en soledad intentando hacer algo por su vida estudiantil. Tumbada sobre la cama de Raven y con sus inseparables apuntes justo debajo de ella, se desperezó a lo largo de la cama dando media vuelta y desplazando toda la ropa que la morena había depositado sobre ella en su búsqueda del modelito perfecto.

- Raven, sabes que tienes un cuerpo increíble y que eres preciosa, así que...

- Sabes que eso no es lo que quiero escuchar - su amiga la miraba desesperada -, ese rollo de podrías llevarte a cualquier tio o cualquier tía a la cama no me sirve para nada, así que si no quieres que haga de tu tarde un verdadero infierno intenta hacer un esfuerzo.

La rubia miró hacia arriba lanzando un suspiro, sabía que no pararía hasta que le dijera cual era el modelo que la ayudaría a iniciar su plan de conquista.

- Creo que el modelo informal para sexy estará bien, además si sabes el magnetismo que tienes para todo ser viviente de este mundo, no sé para qué te preocupas tanto - la rubia volvió a rodar por la cama recuperando sus apuntes mientras miraba el modelo elegido, se trataba de una falda estrecha hasta los tobillos en tonos azules junto con un top blanco que dejaba al descubierto el moreno y terso abdomen de su amiga.