Raccoon.

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- Y... ¡Acción!

Todos los actores y extras que desarrollarían la escena que correspondía al duelo entre grounders y el reino de Azgeda estaban en sus respectivas posiciones. Tenían por delante un exhaustivo día donde quedaría casi completa la secuencia entera de la batalla, dividida en varios planos y cortes que todavía les llevaría varios días, pero el hilo principal debería quedar totalmente grabado hoy, eso incluía que Lexa debería dar todo de si en las próximas horas, ella era el centro en el campo de batalla y principal eje argumentativo del día. 

Octavia seguía observando cada detalle con la misma expectación que la primera vez que llegó al set, cada detalle, cada gesto técnico la absorbían, le inspiraban la suficiente energía y fuerza para seguir en su día a día, con su mente puesta en conseguir su sueño de producir algún día una obra de esas características. Raven, por su parte, movía sus ojos de un lado a otro intentando grabar cada segundo de todo lo que sucedía a su alrededor mientras cuchicheaba al oído de Clarke todo lo que la morena consideraba de vital importancia. En resumen, todo. Clarke paseaba su mirada distraída entre el decorado, dejando la voz de su amiga en una tenue melodía de fondo, cruzando alguna que otra sonrisa con un Lincoln que parecía haberla declarado presa de prioridad número uno en su lista de conquistas. Intentaba aparentar normalidad, pero era una palabra que no encajaba en su vocabulario cada vez que aquella mujer de verde se hacía presente en su vida. Intentaba que esta no se diera cuenta de que su mirada azul sentía una terrible atracción por el verde de la suya. Aquella mujer le despertaba curiosidad y aunque nunca llegase a admitirlo, ni ante si misma, una terrible atracción que no sabría bien como describir.

Los pensamientos de las tres amigas se despejaron tras la bajada de claqueta. De repente, todo comenzó a coger forma, acción y sentido. Cientos de grounders peleaban como si en una danza se tratase, todos acompasados y con unos movimientos previamente ensayados. La cámara principal abría paso a Heda que en ese momento contaba con sendas espadas a ambas manos y derribaba cualquiera que saliese a su paso. 

- Cambio, corten y cambien el plano.

La claqueta volvía a bajar marcando la nueva escena. Clarke simplemente se había rendido a intentar resistirse. No podía apartar sus ojos de la comandante. Ese personaje tenía algo, definitivamente no le extrañaba que legiones de fans sucumbieran ante la fuerza de Heda. Sin embargo, la rubia sabía que ella no había sucumbido por la brutalidad de un personaje tan bien construido, estaba fascinada con y por Lexa. Le maravillaba sus movimientos, su agilidad, el sonido de su voz cuando gritaba arengando a sus ficticias tropas, como parecía que Lexa era Heda, como Lexa parecía olvidar a todos los presentes, e incluso a ella misma, que todo eso no era real, que había un mundo que no era ese. La profundidad de su mirada que ahora mismo se alzaba hasta el cielo se clavó en el pecho de Clarke, que observaba sin perder detalle desde la pantalla de Kane el primer plano que una de las cámaras secundarias les regalaba de Lexa.

- Grandísima, - Kane sonrió orgulloso - Lexa es simplemente maravillosa, no puedo dejar de repetirlo cada vez que rodamos una escena.

Clarke miraba concentrada la pantalla como si no existiera nada más alrededor que aquella mujer como comandante. Los minutos y las escenas fueron pasando y no era consciente de nada que no fuera ella. Lexa.

- ¡Corten! - Lexa cedió sus espadas a Octavia que rápidamente llegó al segundo para atenderla. Se encontraba exhausta, el sudor perlaba su cara y su espalda y todavía quedaban varios planos para concluir ese día. El dolor de su hombro la estaba matando por dentro. Las chicas de maquillaje se acercaron rápidamente también para corregir aquella máscara sobre sus ojos que acentuaba y enfurecía su mirada a partes iguales. Observó como Kane la llamaba, seguramente para corregir varias posturas de las siguientes escenas. Pudo percatarse como Clarke, que en ese momento hablaba animadamente con Lincoln, no le quitaba ojo de encima. Se acercó hasta Kane y Sinclair con paso firme mientras no perdía de reojo a la pareja. 

La mujer de verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora