El camino hacia la clínica se hizo más largo de lo que esperaban, en parte por el tedioso silencio a las que les sometía una más que irrascible Lexa. La actriz no quitaba su vista de los lujosos edificios que se abrían paso ante sus ojos en su entrada a Los Ángeles. Anya había logrado con bastante esfuerzo intentar arrancarle alguna que otra frase pero finalmente acabó desistiendo, sumergiéndose así en los elaborados plannings de su teléfono móvil.
La primera reacción de Lexa alejada de aquel espectro distante fue cuando Anya dió un bote de alegría al parecer por haber encontrado algo en su atestado Iphone, para a continuación acabar conectndolo al Bluetooth de los potentes altavoces del Mercedes de lujo. Su amiga podía ser realmente irritante cuando se lo proponía y parecía que aquella mañana se lo había propuesto con creces.
La música comenzó a sonar en el interior del vehículo llenando cada recoveco del mismo. Como respuesta a su interrumpida calma, Lexa bufó mientras se apartaba el pelo de su rostro y se apoyaba con el codo en la ventanilla contraria a Anya desviando su mirada hacia los coches que las adelantaban a través de los cristales tintados. La voz de Mike Izal, acompañada de la letra que se le hacía absolutamente familiar, le hizo mirar a la representante que sonreía mientras tamborileaba con sus dedos siguiendo el compás. Miraba a través de los cristales polarizados de sus gafas de sol la reacción de su amiga por el retrovisor, pero esta siguió en silencio lo que restó de camino mientras se perdía en el significado de las letras.
Octavia dirigió el coche hacia el parking de la prestigiosa clínica siguiendo las indicaciones de su jefa. Tras tirar del freno de mano y sin apenas haber quitado todavía las llaves del contacto, Lexa bajó del coche como un huracán abriendo la puerta con su mano sana, empujando con una mueca de dolor con su hombro herido, Anya la miraba interrogante porque no atinaba a descubrir que acrecentaba el inseparable mal humor de su amiga.
Lexa casi echa a correr hacia el ascensor del edificio si no hubiera sido por la voz de la representante que la llamaba a lo lejos, indicándole que Octavia iría primero para comprobar que, tal y como estaba previsto, todo estaba despejado de medios de comunicación.
Su asistenta pasó por su lado con cara de preocupación al ver como Lexa apoyaba su sien sobre su mano derecha, mientras dejaba el brazo herido doblado, en la postura que Clarke le había recomendado la noche anterior. Clarke. Lexa sentía que la ansiedad devoraba su pecho, había necesitado tanto en ese momento salir corriendo de allí que si no hubiera sido por la llamada de atención de su amiga lo habría terminado haciendo, había reconocido en una de las canciones que Anya había reproducido en el coche la misma que sonaba la noche anterior en los auriculares de Clarke, cuando esta yacía profundamente dormida.
Tras asociar ambas, música y Clarke, el recuerdo del olor de la rubia le llegó a sus terminaciones nerviosas como un calambre, erizando su piel y despertando el recuerdo de la noche pasada, todavía podía sentir en sus dedos la suavidad de su pelo, podía recordar la tranquilidad de su rostro y el tacto de su roce con su piel. Aquella maldita doctora tenía razón, se estaba obsesionando con ella, la idea de no tenerla la estaba volviendo realmente loca y tenía que conseguir, hasta que pudiera obtener su objetivo, alguna manera de tener distraída su cabeza. Si una simple canción había despertado esa especie de ansiedad en su cabeza no se quería imaginar lo que le sucedería si la volvía a ver y no conseguía que de una vez la rubia fuese suya. Completamente suya, necesitaba oír de sus labios como gritaba su nombre, como Clarke necesitaba de la piel de Lexa tanto como lo hacía ella, necesitaba volverla loca por ella aunque ella, una vez que obtuviese todo lo que quería, se olvidara de ella al día siguiente. Aunque terminase siendo un nombre más en una lista de conquistas que nunca acabaría. Mientras todo eso sucedía, la morena decidió que, hasta que se volvieran a ver, y por el bien de su salud mental sacaría de su mente todo lo relacionado con la joven . Tenía que conseguir que todo lo que la rodeaba no se relacionase de manera tan fácil y rápida con Clarke Griffin.
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La mujer de verde.
FanficAu. Alexandra Woods, mediáticamente conocida como Lexa, es una famosa actriz conocida por su papel en la serie Heda. Clarke Griffin es una joven estudiante de medicina que se verá envuelta en una montaña rusa de flashes, popularidad y secretos al mu...