El autógrafo.

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Clarke tarareaba en voz baja mientras no podía dejar de sonreír, había conectado sus pequeños cascos blancos a su inseparable Ipod mientras intentaba concentrarse en algún punto de sus apuntes, de vez en cuando levantaba la vista para deleitarse con aquella simpatía tan forzada de la actriz que, a pesar de todo, se veía como pez en el agua. Su amiga Raven permanecía un poco más adelantada esperando su turno pacientemente, Octavia le había dicho que le haría una señal en el momento en el que la cosa estuviera más despejada para que pudiera obtener su foto firmada por Lexa. Esta última regalaba sonrisas y alguna que otra palabra amable a los cientos de seguidores que rodeaban todo el edificio en una cola que parecía no tener fin. "Vaya, así que la chica odiosa puede ser de vez en cuando amable", pero rápidamente descartó esta idea, pensando en que precisamente por lo que estaba allí la morena era por sus dotes en la actuación. Clarke había cruzado la mirada con la actriz varias veces hasta que esta tenía que apartarla para atender al siguiente seguidor, se preguntaba qué estaría pasando por su mente, si es que en esos momentos podía pensar en algo con el estrés del evento. "Tal vez esté pensando en una muerte de forma lenta y dolorosa para mí, quién sabe, estos famosos de Hollywood tienen a su alcance cualquier tipo de cosa", frunció el ceño divertida imaginando a Lexa chasqueando los dedos cual mafiosa de la mismísima Italia mandando a sus sicarios a por ella. "Nota mental: debes dejar de pasar tanto tiempo con Raven y sus series".

Por su parte Lexa no dejaba de pensar en aquella rubia de ojos azules, de su desafío, de su actitud moralista y reprobatoria hacia ella, varias veces la había pillado observándola, la morena había sonreído para sus adentros porque para bien o para mal parecía que no le era tan indiferente a Clarke. "Parece que le resulta bastante gracioso el haberme dejado en ridículo, ¿cómo puede ser que una niñata como ella haya podido conmigo? Va a enterarse de quien es Lexa Woods y porque nadie se ríe de ella", Lexa se repetía una y otra vez lo mismo mientras en su exterior repetía una y otra vez la misma sonrisa ensayada que Anya le pedía tanto en este tipo de actos, sabía que cualquier desliz, cualquier gesto malintencionado sería noticia tratándose de ella. 

Octavia permanecía a su lado justo donde acababa la mesa pendiente de ella y sus necesidades y cuando veía que alguna seguidora se tiraba al cuello de la actriz o no escatimaba en cariños la retiraba cuidadosamente. Anya le había advertido lo mucho que Lexa odiaba el contacto físico sin que ella lo consintiera y a pesar de que esta había prometido ser todo lo simpática que podía no era cuestión de forzar la máquina. Aquella chica le gustaba bastante, apenas la conocía desde hacia una hora pero rápidamente Lexa había entendido de que no era como las demás, incluso si hubiera intentado seducirla esta no habría caído como tantas otras. Y eso le gustaba, todas las anteriores asistentes se dedicaban a alabarla por su trabajo, incluso fuera de este, alabando cualquier cosa que hiciera simplemente por el hecho de ser quien era, Lexa incluso recordaba a la última, Ontari, que había acabado en su cama con el consiguiente silencio que tuvo que comprar Anya. Lincoln y ella habían rivalizado por muchas chicas a lo largo de su amistad, con más victorias para la comandante de lo que al joven le gustaría reconocer, pero no sería este el caso, Lexa no pensaba ni siquiera en usarla para su plan con Clarke. En ese momento recordó algo.

- Octavia, ¿puedes venir un momento? - la morena acudió rápidamente a la llamada de su jefa - ¿No me habías dicho que tu amiga había acudido al acto para conocerme? ¿Por qué no le dices que se acerque?- Lexa señaló con la cabeza hacia donde Raven se situaba con Clarke que parecía totalmente en su mundo.

- ¿De verdad? ¿No te molesta ni nada? - estaba claro que Octavia no quería cagarla el primer día y pasaba la mirada de Lexa a sus amigas, conociendo de sobra como eran estas últimas, hasta que la actriz asintió - de acuerdo, voy a pedirle que se acerque.

La mujer de verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora