Un nuevo asalto.

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- No iré a cenar con nadie y menos con Lexa "pisamujeres" Woods - Clarke estaba sentada en la cama rodeada de su inseparable montón de folios y más folios mientras Raven suplicaba de rodillas a su lado.

- Clarke, por favor, por favor, por favor... - su amiga miró a otro lado para no caer ante los pucheritos de la castaña- solo quieren agradecerte lo que has hecho por ellas.

Bufó y se levantó de la cama dispuesta a huir de ese halo de melodrama que se había formado en su habitación y que amenazaba con doblegarla. Raven tenía por delante una ardua misión, misión encomendada por Octavia de vestir a la rubia y convencerla de la cena de aquella noche. La muy cobarde la había echado a los leones y allí estaba ella haciendo el trabajo sucio.

- Reyes, he dicho que no y es que no, de verdad, tengo pronto los parciales ¡y he perdido dos días! - Raven la miraba como un corderito degollado persiguiéndola y Clarke siguió dando vueltas para evitarlo.

- Será algo rápido Griffin, palabra de scout.

- ¿Palabra de scout? Reyes tú nunca has sido scout y para ti el término rápido un viernes noche no tiene razón de ser - alzó la ceja mirándola escéptica - agradezco desde lo más profundo de mi alma todas las molestias que se han tomado Octavia y Anya pero no...

-¡Aquí llega el séptimo de caballería! - Octavia abrió las puertas del piso victoriosa mientras ponía teatralmente la mano al ataque.

- Octavia, yo no...de verdad, ¿por qué os resulta tan difícil entender que no puedo perder más tiempo? - empezaba a irritarse porque parecía que nadie iba a entenderla. Pues peor para el mundo, otra gran mente desperdiciada. El mundo necesita más cirujanos y menos Octavias y Raven, pensó riéndose para si misma.

- He dicho que no y es que no, así que si me...

- Clarke hasta yo dejaba los apuntes un viernes noche - la rubia se giró ante aquella voz tan familiar - los respiros no son malos, siempre te lo hemos dicho.

La aludida pegó un saltó de la cama y corrió hasta los brazos de Abby que entraba en esos momentos por la puerta que su amiga había dejado entreabierta.

- Cariño, los virus y las enfermedades por desgracia seguirán ahí cuando despiertes mañana, listas para que sigas estudiando cómo eliminarlas - su madre le agarró la cara mientras le apartaba un mechón rebelde.

- Pero mamá...

- Dios Clarke, te he echado tanto de menos...- Abby la estrechó entre sus brazos mientras la rubia se dejaba mecer suavemente por el tacto del cuerpo de su madre.

- Y yo a ti mamá - y era cierto, aquella mujer era una fuente de paz para ella desde que tenía uso de conciencia. Junto a Octavia y Raven era la única familia que conocía.

Sabía que podía acudir a ella ante cualquier situación, pero una vez más en su abrazo la pregunta que le inquietaba siempre era a quién acudiría su madre si ella se rompía. Aquel maldito accidente las había sobrepasado a las dos y como en un pacto silencioso habían decidido ser el pilar de la vida de la otra, rompiendo en silencio y en soledad. Clarke miró los ojos de su madre y se reconoció en ellos consciente de que había puesto kilómetros por medio pero de cuánto la necesitaba en su vida, si a ella le pasara algo Clarke podría volverse loca literalmente y ese pensamiento la hizo abrazarla más fuerte.

Octavia y Raven las miraban desde la distancia con el corazón encogido, sabían la angustia, la tristeza y la carga que transportaban aquellas dos personas que tan poco se lo merecían. La primera en romper el silencio fue la castaña subíendose al sofá y batiendo palmas para llamar su atención.

La mujer de verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora