Todo lo que quieras y más.

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- Vamos comandante, ¿esto es todo?

Bellamy la miraba desde arriba  tendiéndole la mano, había conseguido tumbarla en la explanada donde se desarrollaba los entrenamientos. Lexa se levantó de un salto mirándolo desafiante ignorándolo. Era ágil y tenía mucha experiencia, pero Blake era más fuerte de lo que parecía. La miraba con esa sonrisa chulesca y suponía un desafío que lejos de acobardarla le llenaba de ganas.

- Estamos en el calentamiento, Blake, no me durarías más de una batalla - golpeó contra la espada del joven que levantó la suya como pudo en el último momento.

Octavia miraba la lucha encarnizada de aquellos dos sabiendo que eso solo era el principio. Su hermano competitivo por naturaleza no dejaba un reto a medias cuando olía la sangre. Su jefa no esquivaba un reto sin salir victoriosa. Anya estaba a su lado presenciando el lance de espadas, acostumbrada a la fiereza de su amiga, el que la sorprendía era el tal Blake, no se había dejado minosvalorar por la presencia de la comandante, siempre rodeada de aduladores que escatimaban en fuerzas.

Los curiosos se empezaron a arremolinar alrededor de la danza que se desarrollaba frente a ellos. La mayoría vitoreaban a la jefa, algunos a aquel valiente que la tenía entre las cuerdas. Raven le susurró al oído a Octavia lo sexys que se veían aquellos dos.

- ¿Tú no piensas nunca en otra cosa? - como respuesta su amiga se encogió de hombros riendo.

Marcus también se había acercado a aquel bullucio y miraba pensativo la escena. Se inclinó para susurrarle algo a Anya.

- Me parece una idea genial.

- ¿Cuál es esa idea tan buena? - Anya se giró para encontrarse con su adorada Abby seguida de una Clarke que intentaba vislumbrar entre las cabezas lo que estaba atrayendo la atención de todos los allí reunidos.

- ¡Clarke! ¡Aquí! - era Raven la que la llamaba desde la primera fila para que se acercara.

"Clarke" el sonido de la voz de Reyes distrajo a Lexa lo suficiente para que el joven pasara su pierna derecha por sus tobillos derribándola de nuevo. Notó el metal de la falsa espada de ensayo contra su cuello. Las gotas de sudor se agolpaban en torno a su frente, resbalando por su cuello y descendiendo por su torso. Ese día se había levantado con bochorno y el creciente ejercicio físico la estaba agotando.

- Vamos, señorita Woods, ¿no cree que debería rendirse? - como respuesta recibió una patada en el mango de su espada y esta aterrizó tras él, al tiempo que Lexa se incorporaba de un nuevo salto.

- ¡Arriba Blake! - dijó Lexa apretando la mandíbula. Es que le tenía ganas de verdad.

 - De acuerdo, usted manda - dijo deslizándose por la arena.

En el tiempo en que Blake recogía su arma, Lexa pudo localizarla y le hizo un asentimiento con la cabeza, a la vez que repelía el ataque por sorpresa de Bellamy, empujándolo con su cuerpo. Ambos empezaron a alternar el juego de pies alrededor del contrario mientras estudiaban por donde atacar.

- ¿Qué hacen? - preguntó asustada Clarke a Octavia.

- Se supone que entrenar, pero no puedes decirme que no es excitante la danza de estos dos - dijo Raven sin contener su alegría.

La joven volvió la mirada hacia donde miraba su amiga. Allí estaba Lexa, tan imponente como era,con una fiereza que la dotaba de una belleza peligrosa espectacular. Una leona acechando a su presa, enfrente Blake la estudiaba de arriba a abajo con el desafío clavado en sus pupilas. Sus ojos verdes brillaban con el sol de aquella mañana y gotas de sudor estaban perlando aquel abdomen que traía de calle a Clarke, dándole un aire sucio y sensual que consiguió ruborizarla. De repente hacía muchísima calor en aquella localización. Bellamy Blake, con aquella mueca chulesca y divertida, intentando derribar a aquel vendaval. También estaba sin camiseta debido al sofoco, solo con las mallas y unas deportivas, pero a la rubia no le pareció ni la mitad de excitante aquella imagen que la de la mujer frente a él. Tampoco tuvo demasiado tiempo para pararse a pensar en la indiferencia que le mostraba el cuerpo del productor porque volvió la vista de nuevo a Lexa. Estaba completamente hipnotizada por los movimientos de los músculos de la actriz.

La mujer de verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora