BULLYING- BTS 왕따 (Español) ✓

Capítulo 6

Saco un pañuelo de papel, del bolsillo derecho de mi sudadera, para secar mi cara.

Ahora mismo, me encuentro en los baños de chicas, y debo decir que he tenido tenido que mojarme el rostro con agua fría, para que las lágrimas se borren de mi rostro, y con ellas, también conseguir que el estrés que me ha causado la situación que acabo de vivir hace tan sólo unos minutos, también se borre.

Aunque aún, mi corazón sigue acelerado por la adrenalina de haber salido corriendo de aquel lugar. Todavía no me puedo creer que me haya metido en problemas en el primer día que asisto a este Instituto.

Nunca he sido una chica que suele meterse en problemas, es más, mi carácter se podría definir perfectamente como uno tranquilo y armonioso... bueno, no sé si armonioso sería una palabra para poder definir un carácter. Pero sin duda, a lo que me refiero con ello, es que me encanta la paz, concordia y el entendimiento. Soy bastante noble como persona, mi padre siempre me solía decir que soy una chica llena de buenas intenciones y pensamientos.

Y lleva razón, mis ojos pican con tan sólo recordar todos los buenos momentos que he vivido al lado de él. Desde pequeña, él era mi héroe, y junto a mi madre, ambos eran las personas a la que yo aspiraba a ser cuando fuera mayor.

Nunca olvidaré cuando en mi infancia, soñaba con ser como mis padres, ser una chica exitosa y seguir el ejemplo de mis progenitores, haciéndome una mujer de provecho y también, quería seguir en la empresa que mi padre llevaba, la misma que destrozó a nuestra familia.

Pero eso, ya quedó atrás. Tras haberme dado cuenta de que todo el dinero que ganaba mi padre, era negro, la honra de nuestra familia se ensució y ahora, somos el repudio de la clase social a la que un día pertenecimos.

Mi madre ha cambiado muchísimo desde que mi padre entró a prisión. Ella antes era muy cariñosa conmigo, me quería como si fuera su tesoro más preciado. Ella muchas veces me confesó que estaba orgullosísima de haberme tenido como hija, ya que me consideraba una persona inocente y para nada ambiciosa. Y eso, es cierto, nunca he tenido grandes caprichos y jamás he atosigado a mis padres para que me compraran algo, aunque ellos tuvieran riquezas.

He sido feliz con lo que me daba la vida y siempre agradecía por todo lo que llegaba a mis manos. Pero ahora, eso se ha acabado, mi madre y yo, estamos en la quiebra más absoluta, porque lo poco que teníamos de dinero en el banco, se lo quedaron las personas que ganaron el juicio contra mi padre, es decir, las personas a las que él, estafó sin escrúpulos algunos.

En este momento, mi madre y yo, estamos llenas de trampas por el simple hecho de tener el mismo apellido de mi progenitor o en el caso de mi madre, aún ser su esposa.

Por esto, tanto ella, como yo, tenemos que tener cuidado y cuidarnos las espaldas. No tememos dinero para afrontar las cuantiosas deudas que aún, nos faltan por pagar para que el caso quede cerrado. Y es que, aunque mi padre este en la cárcel, eso no es suficiente como para frenar a los empresarios y empresarias a los que estafó. Estas personas, quieren recuperar hasta el último centavo que perdieron.

Dejando a un lado ese tema tan delicado y consiguiendo con mi forma de ser, debo admitir que soy una chica bastante... rara.

Sí, me defino como rara porque, no tengo maldad. Es decir, no soy capaz de diferenciar una persona mala de una buena, a no ser que esa persona, me demuestre lo que realmente es. Porque yo pienso, que todas las personas de este mundo nacemos buenas, pero con el tiempo, cada una elige qué quiere ser.

Y sí, tanto mi carácter e ingenuidad, pueden jugarme bastantes malas pasadas y es bastante peligroso por mi parte el ser tan ingenua. Pero siento decir, que soy así y de veras que intento tener maldad, sin embargo, no lo consigo. Aunque me duela admitirlo, siempre termino saliendo lastimada por mi inocencia, de las turbias situaciones a las que me enfrento.

<<Y lo siento, siento ser así... realmente muchas veces me siento mal por mí misma. Pero si soy incapaz de hacer daño ni a una mosca, imaginaos a una persona.>>

Respiro hondo, salgo del baño dejando a un lado los pensamientos  y con pasos apresurados, me dirijo a mi aula. Una vez dentro, me doy cuenta de que Gaan, la chica que unió su pupitre al mío esta mañana y luego me rechazó frente a sus amigas, además de amenazarme para que separara su pupitre del mío, no se encuentra en su lugar. Su mochila tampoco, por lo que pienso que se ha ido. Cuidadosamente y con algo de tristeza, separo mi pupitre del suyo.

Ahora, me dedico a prestar atención a la lección y apuntar hasta el más mínimo detalle en mi libreta. La clase se termina, quedan dos horas más para que el horario escolar finalice.

En el cambio de clase, mis compañeros de clase, hablan entre sí, ríen... en cambio yo, me quedo en mi lugar sacando las cosas que necesito para la próxima lección. No quiero llamar la atención, asi que con mi pelo, hago una cortina cuando bajo mi cabeza hacia mi cuaderno de inglés, comienzo a dibujar lo primero que se me ocurre en una de las esquinas del papel, una caricatura de un cachorro con aegyo, o al menos, lo intento.

Tras unos minutos, la profesora de inglés, se hace presente en clase. Como siempre, todos los alumnos nos levantamos, hacemos la reverencia y volvemos a sentarnos.

El día acaba. Comienzo a recoger mis cosas y entonces, siento que algo acaba de darme en la cabeza. Miro al suelo y veo un papel. Lo recojo curiosa y tras terminar de recoger mis cosas, salgo del aula. Una vez en el pasillo, abro el papel.

"Te has metido en un gran problema. Nadie se atreve a meterse en el patio de los Bullies, será muy divertido e interesante, ver cómo te van a destruir."

Miro hacia atrás, no hay nadie que me esté mirando. ¿Quién ha escrito esto y por qué sabe lo que me ha ocurrido con esos chicos?

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Recordad que esta historia se está llevando a cabo en Corea del Sur.

¿Qué tal?

Te reto a deletrear el nombre de tu Bias letra por letra en comentarios, si te ha gustado el capítulo.

Me estoy dando prisa en actualizar 😏, espero que disfrutéis de esta historia tanto como yo lo hago, escribiéndola.

¡Gracias por leer!