Capítulo 48

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—No. —Titubeo un poco al decirlo, sin embargo, decido que debo ser más contundente en mi respuesta.—No soy tu enemiga.

Dirijo la mirada a su rostro, mi corazón se acelera al ver la expresión que adopta tras haberme escuchado y también ver  el como sus pupilas comienzan a dilatarse, dejando así un halo oscuro en sus orbes.

Respuesta incorrecta. —Dice sin pensarlo dos veces. Noto cómo se tensa a través de su camiseta.

Por un momento sus ojos brillan llegando a descolocarme, ¿quiere llorar?

Pronto pasa sus manos por su rostro para conseguir que el brillo que tenía plasmado en sus ojos, desaparezca.

No pierdo el tiempo al ver que no va a decir nada más. No quiero que él crea que mi respuesta es incorrecta, quiero decir, yo nunca sería capaz de dañarle, ni a él ni a ningún integrante de los Bullies.

—No soy tu enemiga, p-porque —Aclaro mi garganta. La imponente presencia del de cabello oscuro me intimida, aún así no me doy por vencida y sigo defendiendo mi respuesta.—, yo jamás sería capaz de dañarte.

Muerdo mi labio y jugueteo con mis dedos cuando veo una sarcástica y casi maquiavélica sonrisa dibujarse en sus labios.

Bajo la mirada cuando se baja de la mesa en la que segundos antes estaba sentado con agilidad. Tiemblo un poco al notar cómo se acerca hacia mi persona.

Su delgado pero fuerte cuerpo pronto queda a centímetros del mío tras haberse puesto de cuclillas frente a la silla donde estoy sentada. Su sonrisa desaparece y a cambio una mueca de desagrado la sustituye.

Mi respiración se hace un desastre cuando llega a acercarse más y su rostro queda a una peligrosa distancia del mío.

Tiemblo pero lo disimulo subiendo mi cabeza, en un amago de que no sienta que realmente me da miedo. Su gélida mirada sobre la mía.

—Ni puta idea tienes de lo que dices. —Su gélida voz no hace otra cosa que torturarme.—Pues claro que eres mi enemiga, haces daño aún sin saberlo. No eres un ángel, ni nunca lo serás.

Sus palabras me desconciertan hasta un punto inimaginable, lo que dice en mi cabeza no tiene sentido. Quiero decir, ¿qué he hecho para que insinue que no soy una buena persona?

Intento encontrar algo que tenga sentido al mirarle, pero nada lo tiene ahora mismo, ni su mirada de odio, ni sus puños apretados.

Me fijo en la herida que tiene en su pomulo ya que ha comenzado a sangrar debido a haberse pasado el antebrazo sin cuidado por la delicada zona.

Me sorprende que no le importe, solamente se dedica a mirarme con algo que no consigo descifrar, quizá maldad.

—Lo que dije antes es verdad. —Dice. Recuerdo lo que me susurró al oido.—Crees que eres la heroína que todos necesitan, y ni siquiera puedes defenderte a ti misma.

Parpadeo varias veces al recordar todas las ocasiones en las que me he protegido de ellos, aunque parece ser que realmente nunca lo he conseguido, lo más seguro es los Bullies siempre se tomaran con burla mis palabras.

Son tan poderosos que nada les frena a la hora de hacer daño.

—Levántate, has fallado. —Trago saliva. Obedezco para en menos de un segundo correr lejos de él. Me siento en alerta.

Intento abrir la puerta con toda mis fuerzas, entonces recuerdo que está cerrada con llave y esta la tiene Suga.

Está tras mí. Me giro cometiendo un gran error, su mentolada respiración sobre mi frente gracias a su altura.

—¿Por qué hacéis esto? —Pregunto desesperada. Su respuesta me deja helada.

Simplemente no soportamos ver como otras personas pueden ser felices. —Me encorvo levemente cuando su dedo se posa sobre mi mejilla.—¿Sabes lo que es una sonrisa sincera?

Asiento, esta vez la palma de su mano aguanta mi mentón.

—Pues ni yo, ni ellos lo saben. —Supongo que con ellos se ha querido referir a su grupo.

Sus palabras caen como una jarra fría sobre mí. Mi vida sin verdaderas sonrisas, sería muy diferente. Yo... suelo solucionar todo con la felicidad y de tan sólo pensar el carecer de esa sensación tan cálida, un escalofrío se hace presente en mi espalda.

—L-Lo siento. —Es lo primero que se me ocurre decir.

—No lo hagas, después de todo tú serás la que más va a perder en este juego. —Frunce su ceño.—Dame tu mano.

Al principio quiero negarme, sin embargo termino cediendo a su petición con la esperanza de que su castigo se realice pronto y por fin me deje en paz, ya que a cada segundo que pasa se me hace más difícil el estar tan cerca de su persona.

Miro a mis zapatos sin querer ver lo que está apunto de hacer. Noto cómo hace mi mano un puño y tiempo después, su mano rodea la mía.

Comienzo a sentir presión, está cerrando su mano alrededor de mi puño y cada vez el dolor se hace más presente.

Aprieto mis dientes para evitar gritar, su fuerza es majestuosa.

—¿Sabes de la casa abandonada llena de grafitis? —Aprieta. Lágrimas comienzan a resbalar en silencio, ni siquiera presto atención a lo que dice.—Es nuestra guarida, estamos muy cerca de ti y jamás podrás escapar. Ya estás avisada.

Casi caigo al suelo cuando finalmente suelta mi mano. Me mantengo en pie, miro mi roja mano ahora sin circulación sanguínea. Sale del aula y la deja abierta dejándome sola.

¿Qué... acaba de decir?

.

Cada vez más enigmas serán resueltos. ¡Muchísimas gracias por leer!

Maratón 1/?

En 4 días será el comeback de BTS, ¿estáis nerviosxs?

Bullies group, créditos en el vídeo:

BULLYING- BTS 왕따 (Español) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora