Capítulo 44

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Hye POV

Mirar hacia otro lado siempre ha sido fácil, resignarse a lo que toca vivir también lo es. ¿Sabéis qué es lo realmente difícil?, saber mantenerse fuerte en dichas adversidades y no mirar hacia otro lado.

Quiero decir, yo soy del tipo de personas que prefiero soltar algunas lágrimas para desahogarme de la caída, y pronto, volver a levantarme. Si Suga pretende hacer que como él dijo, yo caiga en una profunda oscuridad por intentar hacer que cambien, está muy equivocado, voy a saber sobrellevar esto y finalmente, conseguir la paz.

No me romperé, seré fuerte para llegar a la meta. Siento que soy la última oportunidad para que ellos comiencen a prosperar lejos de la violencia y malos tratos que les envuelve.

Aún recuerdo el pequeño ataque de pánico que el mencionado causó en mí, y sí, por suerte desde ese día (hace ya más de una semana) no han vuelto a molestarme ninguno del grupo. Siento que me han dejado un tiempo para que me recomponga, o quizá hayan decidido dejar de molestarme. Aunque desgraciadamente tiene más sentido la primera opción.

Respiro hondo al escuchar el timbre, que anuncia el fin de la jornada escolar por el día de hoy.

Al salir de clase, me encuentro en el pasillo central con Woozi, no puedo evitar fijarme en la pequeña cajita que asoma a través del bolsillo de la chaqueta de su uniforme, curiosa quiero saber qué es, pero prefiero no ser importunista.

Así que decido saludar.-Hola, ¿qué tal tu día?

Me inclino un poco para poder ver su rostro, ya que automáticamente al verme ha bajado su cabeza para centrar su atención a los zapatos que lleva puestos.-Y-yo tuve un buen día. Noona q-quería decirte algo...

Muerdo levemente mi mejilla interior mientras pongo una de mis manos en el hombro derecho de mi pequeño amigo.-¿Te sientes bien? -Su carita cada vez parece ponerse más sonrojada, rápidamente pongo el torso de mi mano delicadamente sobre su frente para comprobar si tiene fiebre, mas parece no tener.

-Estoy bien solo... -Deja de hablar abruptamente y comienza a hipar. Comienzo a preocuparme, está actuando demasiado raro.

-No te preocupes, en otra ocasión me lo dirás. Vamos, tu madre ya debe estar esperándote. -Asiente y comienza a andar a mi lado. Noto como no para de mirar al suelo, pero decido no darle más vueltas. Quizá haya notado el gran cambio que ha supuesto en su vida el no haber sido elegido, y minutos antes haya querido agradecer por enésima vez el que me haya entregado por él.

Efectivamente al cruzar el gran portón de la institución, ambos divisamos su coche a lo lejos. Él se adelanta y se va, no sin antes haberme preguntado si quiero que me lleven a casa, aunque yo como siempre declino amablemente la oferta, ya que no quiero molestar.

Veo como su madre agita su mano a mi dirección y yo correspondo al gesto acompañado de una sonrisa de boca cerrada.

Estoy apunto de comenzar a dirigirme hacia casa cuando recuerdo que tenía que hacer algo en la biblioteca. El no tener Internet en casa es un verdadero dolor de cabeza y por ello, debo aprovechar los ordenadores gratuitos con conexión, que están dispuestos en la biblioteca .

Me pongo la capucha de mi abrigo para pasar lo más desapercibida posible, y pongo rumbo al destino. Una vez allí, me siento y antes de comenzar con el trabajo de Historia de Corea, envío un pequeño mensaje a mi madre.

Llegaré tarde a casa, estoy haciendo un trabajo en el Instituto.

La contestación no tarda en llegar, un simple Okey.

Me incorporo mejor en la silla para que no me duela tanto la espalda y comienzo a encender el ordenador. Pronto muevo mis dedos sobre el teclado y sé que esto me va a llevar unas horas, ya que debo buscar información sobre causas, consecuencias y desarrollo de una guerra, además de las biografías de los líderes que la llevaron a cabo.

Tras casi tres horas seguidas, escucho como la puerta del lugar se abre, no presto atención a quién ha entrado, puede ser cualquier estudiante dispuesto a estudiar, ya que la biblioteca está abierta las 24 horas, sobre todo en esta época que está llena de exámenes relevantes.

Cuando acabo el trabajo casi lloro de emoción debido al tiempo que me ha costado hacerlo. Lo envío por correo y apago el aparato con el que he estado trabajando.

Al salir del lugar me quedo petrificada, al ver la persona que había entrado.

Rap Monster se encuentra recostado sobre una mesa, su cuerpo inclinado sobre la misma y su cabeza sobre sus brazos, está dormido. O al menos eso parece.

No se me pasa por desapercibido el leve castañeo que sus dientes realizan, ¿por qué duerme aquí?

Entonces recuerdo el día que aquel hombre le golpeaba y le dijo que no volviera a casa. Puede ser que le haya echado de nuevo.

Un nudo se instala en la parte alta de mi garganta, se nota que tiene frío ya que ni siquiera lleva puesta la chaqueta reglamentaria de la institución, a cambio sólo lleva puesta la fina camisa blanca que apenas abriga.

Con sumo cuidado, me acerco a él y me quito mi chaquetón, pronto lo pongo sobre sus hombros, quedándome yo solamente con mi chaqueta y camisa, el húmedo y estremecedor aire se me hace ahora más cercano. En Seúl el invierno es realmente entumecedor debido a las bajas temperaturas.

Sé que casi nadie haría eso si estuviera en mi lugar, y sabiendo lo que él y su grupo hacen, pero después de todo, es una persona.

Salgo de allí y decido llamar a mi madre para que me recoja.

Namjoon POV

No sé por qué me he hecho el dormido, ni tampoco por qué he dejado que me pusiera su abrigo. No tengo respuestas, lo único que sé es que no puedo permitir que se haga cercana a mí.

Mi lado oscuro comienza a emerger, y una sonrisa sombría se dibuja en mis labios.

Ups, parece ser que ni tú te salvarás de mí, amable ratita.

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