"Bienvenida al Instituto público de Seúl situado en Corea del Sur."
Antes de entrar, debes tener muy claro algo... y es qué, en este Instituto, hay siete chicos que tienen el control de todo el lugar.
Éstos, se separan en dos bandas diferentes, en B...
Me sorprendo. El líder de los bullies tan solo me quiere para que pacíficamente, le enseñe a hacer algunas ecuaciones.
Cosa que ambos necesitamos hoy, debido a un importante examen de matemáticas.
Al principio, creí que me quería para hacer el exhaustivo trabajo de historia coreana, sin embargo, ese no es el caso, y realmente prefiero enseñarle a hacer algunas cuentas, a tener que buscar información y redactar un trabajo entero.
Hace ya una hora desde que el timbre sonó. Pero, no me ha quedado de otra que faltar a la primera hora de clase, y quizá, también pierda la segunda. Agradezco, que el examen sea a tercera.
Ahora, le miro mientras explico, está tomando mucha atención a mis movimientos e indicaciones.—Bien, ahora, intenta hacerlo tú.
Y así lo hace, desde mi lugar, puedo ver como fija su vista con atención en el papel donde están los números que yo previamente, ya he escrito.
Toma su lápiz, y en seguida le veo resolver el problema sin titubear y tal y como yo le he dicho que lo haga.
Me sorprendo, realmente es una persona muy lista, ya que a mí, me ha acostado bastante hacer bien estos ejercicios, de hecho, he tenido que estar todo el fin de semana con vídeos tutoriales en YouTube, y casi ni he dormido mucho por lo mismo.
No me puedo permitir suspensos, demasiada desgracia tiene mi madre ya, como para añadirle una hija que suspenda exámenes y no saque buenas notas.
Dejo de pensar, un escalofrío recorre mi espina dorsal. Hace mucho frío, y que la biblioteca no tenga ningún tipo de calefacción, hace incluso más difícil el hecho de no congelarse.
No puedo evitar no fijarme en la ropa que lleva el chico frente a mí, lleva el uniforme de nuestro instituto, pero la diferencia entre él y yo, es que yo sí llevo un chaqueton grande y él, tan solo lleva la fina chaqueta y camisa de la institución.
Mi estomago da un vuelco cuando, debido a su aflojada corbata, percibo un moretón en la parte alta de su cuello, casi parece ser un corte, aunque pronto, me doy cuenta de que es la forma perfecta de una mano, unos dedos más específicamente.
<<¿Alguien ha intentado asfixiarle?
¿Cuantos secretos guarda este chico en su interior?
¿Cómo he podido ser tan distraída?>>
Ahora que me doy cuenta, siempre que le veo, suele tener feas marcas que marcan su pálida piel.
No puedo seguir con la curiosidad, quiero saber si esos golpes son por peleas callejeras, o si son por algo que va más allá de una simple pelea de bandas.
—¿Te has peleado últimamente? —Me muerdo la lengua cuando él súbitamente deja de resolver el problema.
Entonces, su mirada cae sobre mí. Es fría y parece estar molesto.
—¿Por qué lo dices? —Observo cómo se ajusta su corbata, para que yo, deje de ver su marcado cuello.
—Tu cara... tienes un corte en tu ceja y en tu labio inferior, además tu pómulo... —En su pómulo, no se nota mucho el golpe, debido a que ha utilizado maquillaje para taparlo, pero finalmente, ha sido inútil, como para que mis ojos, pudiera percibir el verdoso sobre su piel.
—¿No te han dicho que no te debes de meter en problemas ajenos? —Me mira con su ceño fruncido.
Aquí hay algo que no encaja. Un secreto.
No me quedo callada y le contesto de la misma forma.—¿Y a ti no te han dicho que meterse con otras personas, está mal?
Por un momento, parece procesar en su cabeza, lo que le acabo de decir. Pronto, una nostálgica sonrisa se dibuja en sus labios.
—Pues la verdad es que no, a mí de hecho me han enseñado... —Se queda callado, no queriendo terminar la oración.
Parece que como si dijera algo más, yo fuera a descubrir aquello que tanto le atormenta.
Respiro hondo, y entonces, le miro fijamente. No sé si me voy a arrepentir ante lo que voy a decirle, sin embargo no me quedo callada, y se lo hago saber.—Puedes confiar en mí, si necesitas ayuda, aquí estaré para escucharte.
Él alza una de sus cejas.
—¿Por qué ayudarías al líder de los Bullies? —Me llama la atención el tono despectivo que utiliza contra su propio grupo.
—Pues precisamente, para que deje de serlo. Tú no acosas a otras personas sin ninguna razón, estoy segura de que hay algo que te hace actuar con esas malas formas. Algo de lo que tú no tienes culpa.
Tiemblo cuando de repente, da un fuerte golpe sobre la mesa en la que estamos sentados.
—Cállate no sabes nada de mí—masculla entre dientes, veo la rabia en él. Mi cuerpo no responde, quiero salir corriendo, sin embargo, algo en mi interior me dice que me quede para escucharle.—, tú eres una princesita a la que la vida, aún no le ha jodido, si estuvieras en mi lugar, serías incluso peor que yo, así que no quiero que me ayudes, ni mucho menos que juzgues mis actos. Todo lo que me pasa es mi jodida culpa y merezco los golpes.
Quiero hablar, pero soy interrumpida.
—Él tiene razón, yo nunca debí haber nacido, y por eso, me comporto de esta manera, no quiero que nadie se acerque a mí, y si lo hacen, quiero que sea para ayudarme a destruir a otras personas, como a mí también me están destruyendo.
No proceso bien toda la información que me ha soltado de repente. Mi cabeza da incluso vueltas, ¿a qué se refiere con todo aquello?
Quiero decirle que mi vida tampoco es fácil, que a mí también me ha jodido, pero claro, eso solamente se queda en mis pensamientos.
Entonces, observo aún atónita, como el contrario, se levanta y sale de la biblioteca, dando un portazo.
.
Sí, publicación doble para compensar todo el tiempo que llevobsin publicar, ¿qué os ha parecido el capítulo?
A- No me lo esperaba.
B- Me ha impactado.
C- Me he quedado sin respiración, whaat?
D- AADKLSJJDUSKAOI!!!
E- Libre.
¡Gracias por leer! y like si ya quieres leer el siguiente.
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