"Bienvenida al Instituto público de Seúl situado en Corea del Sur."
Antes de entrar, debes tener muy claro algo... y es qué, en este Instituto, hay siete chicos que tienen el control de todo el lugar.
Éstos, se separan en dos bandas diferentes, en B...
Entro en mi coche y acelero, necesito despejar mi mente, mi cuerpo pide alcohol y no pararé hasta conseguirlo.
Llego al bar del que Baekhyung es dueño y me bajo. Leo las letras que anuncian el nombre del lugar: Inferno.
Al entrar miro de reojo a un grupo de chicos, muerdo el interior de mi mejilla al darme cuenta de quiénes son.
Por instinto giro mi cabeza hacia la joven camarera, y no me sorprende ver al líder de la banda con una navaja en el cuello de la chica que trabaja aquí, en el rostro del maldito una sonrisa.
—Buenas, monstruo. —Un malestar se asienta en mi estómago al escuchar la repugnante voz del líder de la banda que compite por nosotros por vender droga en esta ciudad y alrededores.
《Me estaban esperando.》
Me acerco al grupo y ellos rápidamente se ponen en guardia, doy un paso más hacia delante para quedar más cerca.
—Tenéis un segundo para iros. —Mi voz ronca por la rabia, ¿cómo mierda se atreven a entrar en mi territorio?
—Dime, ¿quién es esta niña?
De reojo veo como la camarera se ha escondido tras la barra, seguramente ya esté llamando a mis hombres.
Tras ello, me giro al escuchar la odiosa voz del líder que ha dejado atrás a la camarera, y ahora está a mis espaldas, me fijo en la pequeña pantalla del teléfono y me tenso.
Aprieto mis puños, en el teléfono hay una foto de Hye. Pero me tranquilizo, ya que es una foto de ella saliendo del Instituto, si la tuvieran, me hubiera traído foto de ella encerrada en algún repugnante lugar.
—Te voy a cortar la mano por haber hecho esa foto, ¿lo sabes? —Digo sin pensarlo.
Noto el calor subir a mi cabeza cuando otra sucia sonrisa se dibuja en los labios de mi eterno rival. En su mejilla una cicatriz de nuestra última pelea.—¿No crees que no estás en condiciones para amenazar?, sabemos dónde encontrar a esa zorrita.
Ahora soy yo el que le dedica una enfermiza sonrisa.—Esa niña es sólo la víctima a la que acoso, me importa una mierda ella.
Por un momento veo la decepción en sus ojos, pero pronto la esconde bajo una mueca de odio.
Sigo hablando yo.—Yo sí que sé dónde vive tu novia, cuídala. —En seguida puedo ver la molestia en su cara al ver lo que le digo.
—Ni la menciones en tu asquerosa boca. —De un momento a otro me propina un puñetazo, cosa que me da luz verde para yo atacar.
Atesto una patada al que primero se ha atrevido a tocarme, rápidamente corro y me subo en una mesa para atestar una patada en la cara a uno de los del grupo.
Pronto, dos de ellos me toman por los brazos, antes de que uno me ateste un puñetazo de frente, alzo mis piernas y le doy de pleno en el estómago.
Me giro y hago que los dos que me sujetan caigan al suelo, un sonido sordo y pronto comienzan a quejarse por el dolor.
Falta uno solo, ágilmente me acerco y con mi mano bien cerrada le parto la nariz.
Mi respiración rápida, estoy manchado de algo de sangre pero no me importa, no me puedo controlar, siento la necesidad de seguir golpeando todo lo que se encuentre a mi paso.
Escucho las sirenas de polícia fuera del establecimiento sé que no ha sido la chica que lleva esto quien ha avisado, sino los malditos vecinos.
Salgo corriendo por la puerta trasera dejando atrás a un grupo con graves heridas hechas por mí.
Sigo corriendo en un intento de que la rabia se disipe de mi sistema, pero no funciona.
Estoy tan jodido... todos los que me rodean me quieren dañar, ya sea psicológicamente o físicamente, desde que era pequeño mi vida se ha visto por una u otra razón en un aspiral de violencia dirigida hacia mí.
Entonces paro de correr, tengo los ojos empañados por la adrelalina, no veo nada.
No me puedo controlar, grito y comienzo a dar puñetazos a una pared que tengo cerca, hago eso por no dañar a posibles personas que pasen a mi alrededor, ya que después de haber corrido he llegado a una calle algo concurrida.
Siento como de un momento a otro algo intenta frenar los golpes que atesto contra el muro.
Dos pequeñas manos se han ceñido en mi brazo derecho paralizándome por un momento.
Me giro con violencia y quito en el acto el agarre, no veo nada, sólo a él, el primer hombre que me agredió y golpeó hasta que los servicios sociales me llevaron a aquel orfanato. Porque sí, hasta mi propio padre biológico me agredía después de que aquello pasara.
Estoy apunto de agredir a la persona que ha intentado frenarme cuando escucho su voz.
—De-deja de hacerte daño.
Es... ¿ella?
Me quedo sin aliento cuando sin yo esperárlo, me estrecha entre sus brazos en un cálido abrazo que cala hasta mi corazón.
Park Hye acaba de salvar de su terrible mundo interior, al líder de los Bullies.
♡
ESTOY PENSANDO EN HACER TRES HISTORIAS PARALELAS A ESTA:
Es decir, historias que se desarrollen en este mismo mundo y temática, pero que NO influirán sobre el desarrollo de esta. Serían como mundos paralelos iguales, pero que nunca se tocan. Y en cada lado, los personajes actuarán de una determinada forma.
Estas son las posibles temáticas (las tres que tengan más votos será elegida):
1. Hye y Namjoon.
2. Hye y Jungkook.
3. Yoongi y Jimin.
5. Jin y Woozi.
6. Hann y el creador del juego de los elegidos (Lee).
¡Muchísimas gracias por leer!
¿Qué os ha parecido el capítulo?
¿Sugerencia para el próximo capítulo? Estaré leyendo los comentarios.
Os ama Saraslifes.
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