"Bienvenida al Instituto público de Seúl situado en Corea del Sur."
Antes de entrar, debes tener muy claro algo... y es qué, en este Instituto, hay siete chicos que tienen el control de todo el lugar.
Éstos, se separan en dos bandas diferentes, en B...
Este capítulo es ciertamente (¿cruel?)... am no sé muy bien cómo definirlo. Sólo espero que os guste.
Denle Like por favor.
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Hye POV.
Haber conocido a Hann, ha sido una dosis de energía positiva, ya que por fin Woozi y yo no estaremos tan solitarios. Estoy segura de que ella poco a poco conseguirá dejar de lado su inseguridad y por fin, se dará cuenta de que tiene verdaderos amigos donde apoyarse.
Cuando suena el timbre que da paso al descanso, ella y yo recogemos nuestras cosas y salimos de clase, intercambiamos alguna que otra palabra, pero ambas nos quedamos en silencio al yo notar una mano sobre mi antebrazo que me frena.
No puedo seguir andando, así que rápidamente me giro para ver quién es y aunque espero que sea Woozi,sin embargo parpadeo varias veces al ver a... Jin.
Su rostro está serio y sé que nada bueno me espera.
—Elegida, ven conmigo. —Comienza a arrastrarme tras él sin siquiera esperar mi respuesta, observo levemente a Hann y la veo totalmente pálida. Seguro no sabe qué ocurre, cuando me doy cuenta de que va a parar a Jin, con rapidez niego y artículo un: vete lejos de aquí, por favor.
Sin otra opción, comienzo a andar en la dirección que el alto quiere. Me tenso cuando comienzo a reconocer el lugar donde me lleva, el aula donde el líder me trajo por primera vez y me hizo "jugar" a fallos y aciertos.
Mi boca se seca cuando una vez dentro del lugar, veo a los tres restantes del grupo de Bullies, encontrándome ahora rodeada por los cuatro integrantes del grupo.
—Ya hace mucho que no hemos jugado contigo. —Un escalofrío me recorre cuando escucho la puerta ser cerrada con llave tras las palabras de Namjoon.
Mi corazón se acelera. Pronto, uno de ellos me quita la mochila de mi espalda y tira el objeto con fuerza contra el suelo.
Jin se vuelve a acercar a mí y me deja sentada sobre una silla.—Si te mueves, lo que te haremos será peor, no puedes escapar.
Ni siquiera digo nada, solamente quiero que lo que sea que sus crueles mentes hayan maquinado, lo ejecuten con rapidez.
—Seré breve, —Tiemblo más cuando el líder se pone en cuclillas a escasos centímetros.—sé perfectamente cuánto le debe tu padre a mi mafia.
Casi me atraganto con mi propia saliva. No puede ser, ¿él forma parte de una organización criminal, o quizá todos ellos? Ahora estoy comenzando a entender qué es lo que se esconde tras estos problemáticos chicos, sin duda, algo más grande que cualquier estupidez fácil de solucionar. Maldad y vacíos que rellenan con malas acciones y crueles actividades.
Dejo de lado mis pensamientos y sigo escuchando.—Yo soy el encargado de que pagues hasta el último won de la deuda de tu padre, pero tú también eres la elegida, así que quiero dejarte claro que son dos cosas totalmente diferentes. Por una parte tienes una deuda pendiente y por otra, serás nuestra diversión.
Una terrorífica sonrisa se dibuja en sus labios, noto como mi rostro palidece cuando él comienza a sacarse su cinturón.
—¿Creías que lo que te hemos hecho hasta ahora era cruel? —Una carcajada fría hace eco en el lugar.—Pues estás equivocada, aún no sabes de lo que somos capaces.
J-Hope habla.—El cobarde de tu estúpido amigo, jamás te dijo lo que nosotros hemos llegado a hacerle para que tú siguieras siendo nuestra víctima, no creo que él después de todo sea un buen amigo, ¿no crees?
Parpadeo varias veces, al principio caigo en el cruel abismo de las palabras que acabo de escuchar, pero niego y me convenzo a mí misma de que hago esto para que Woozi no siga siendo injustamente dañado año tras año.
Mientras, observo a Jin tomar mi mochila del suelo y tirar sin cuidado alguno todas mis cosas al suelo, busca en todos los bolsillos de la misma, pero parece no encontrar lo que está buscando.
—No tiene dinero.
Tras eso, respiro un poco mejor cuando observo a Namjoon alejarse y sentarse despreocupadamente sobre la mesa de profesor que se encuentra al frente de la clase. Pero vuelvo a ponerme en alerta cuando le da su cinturón a Suga.
El último mencionado tiene puesta una camiseta negra y unos jeans rasgados, además de unos zapatos oscuros, su pelo perfectamente colocado con algunas hebras levemente despeinadas. No lleva el uniforme.
Me atrevo a mirarle suplicante, pero en sus ojos felinos solo veo la sed de hacer daño cueste lo que cueste. Tiemblo cuando saca un mechero de su pantalón trasero, toma la hebilla metálica del cinturón y la acerca al calor.
—Esto va a ser muy divertido.
Intento levantarme cuando se comienza a acercar a mí, pero pronto los dos restantes que no están sentados, se acercan a mí y me sujetan para que no me mueva.
Mi respiración se acelera cuando el que posee el cinturón comienza con parsimonia a subir la manga derecha de mi suéter, dejando así expuesta mi sensible piel.
Grito cuando de un momento a otro el ardiente metal casi hace contacto con mi piel, aunque no llega a tocarme.
—No grites... —Quiere seguir hablando, pero es interrumpido por el sonido de la cerradura de la puerta. En menos de un segundo la misma se abre.
Me quedo sin aliento al verles.
El grupo de los Gánsters están ahí, y detrás de ellos puedo divisar a Woozi y Hann.
Y en menos de un segundo, una guerra se libra entre ambas bandas.
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