El Arte De Negar - Todxs tenemos un Innombrable

79.

#ElArteDeNegar 
Estamos en Septiembre del año 2010 y la pequeña Ana recién llega del colegio. Entra a la casa orgullosa con su nueva llave propia que los padres le regalaron por su cumpleaños, como señal de que ya la ven responsable y confiable. La chica está felíz porque sabe que ese día vuelve su papá. Pablo es piloto de una aerolínea muy importante por eso realiza continuamente viajes largos que lo llevan alrededor del mundo y lejos de ella. Ana espera ansiosa sus regresos porque lo suele extrañar mucho pero también porque siempre vuelve cargado de regalos y anécdotas. El piloto cuenta con una amplia variedad de historias de todo tipo pero algunas las repite siempre, como la de cuando llevó al plantel de Argentina al mundial, cuando se subió Penélope Cruz al avión y la vez que aterrizó forzosamente de emergencia salvando a todos. Ana se las sabe de memoria pero aun así le encanta escucharlas con la voz de él porque las cuenta con tanta pasión que le hace sentir que también ella estaba cuando sucedieron.
Ese día a Ana le dijeron que Pablo llegaba a la tardecita así que se fue para donde estában Facu y Ely estudiando para hacerles compañía y matar el tiempo. Al parecer estaban muy metidos en sus cuadernos de la facutad porque ni la registraron así que decidió buscar algo en la tv.
Ni bien lo hizo Ely la miró con ojeras y cara de odio, Facu no levantó la cabeza.
E - Ana andá a ver tele al cuarto de mamá y Pablo porque estamos estudiando algo muy difícil..
A-Pero quiero estar con ustedes..
E-Ana andate no nos hagas perder tiempo !
A-Quiero ver tele acá, ¡es mi casa también!
Ely levantó la voz como nunca.
E- ¡TE DIJE QUE TE VAYAS ANA!
Ana se quedó congelada un instante y rompió en llanto.
A- ¡¡¡Le voy a decir a mamá que no me dejas ver tele!!!
Y subió corriendo las escaleras que conducían al piso superior mientras lloraba caprichosamente. Cuando estaba por llegar al cuarto notó que la puerta estaba cerrada y dos voces provenían desde adentro, una femenina y otra masculina: su papá ya había regresado. Estaba a punto de golpear la puerta cuando oyó que su mamá hablaba entrecortadamente, interrumpiéndose con su propio llanto. Decir que escuchaba a Alejandra llorar no era poca cosa ya que su mamá era de las personas más insensibles que conocía, de hecho Ana dudaba de haberle conocido las lágrimas alguna vez.
Cerró los ojos tratando de concentrarse en escuchar lo que decían:
ALEJANDRA -No me podés decir esto, decime qué es mentira. ¡O un desliz! Fue un desliz, ¿verdad?
PABLO- Ale calmate por favor necesito explicarte bien..

 AL - Yo no puedo sin vos. No puedo ¿Entendés? Me banco mil cosas porque te amo pero esto.. algo así.. Prometeme que no lo vas a hacer más, por favor.

Pablo- Hay más.. necesito contarte..
AL- No quiero saber más ¿No entendés eso? Quiero que me digas que me amas y que no lo vas a hacer más porque sino no respondo de mi.
Pablo - No podés hablar en ese estado..
AL- ¡¡DECIMELO, DECIME ESO CARAJO!!
PA - Si mi amor, te amo.. 

***

 Volvemos al 2016 y Ana está por primera vez en la vida frente a un chico que le dice "te amo".

Se imaginó esa escena mil veces, la soñó, la vivió en su cabeza pero no se parecía a eso, algo andaba mal con ella. ¿Y las mariposas en la panza? ¿Cuando iban a despertar? ¿Y el corazón explotando de emoción? Nada fue como esperaba. Pensó que tal vez su problema era tener expectativas tan altas.. tal vez el karma de las primeras veces fallidas tiene que ver con ponerles mucha presión para que sean perfectas y memorables cuando en realidad son sólo eso, la primera. Tal vez es como en las relaciones íntimas, que la primera te da vergüenza (y hasta asquito) pero después va mejorando.

 Ana no entendía si ella era inconformista o él había tenido poco timing pero había algo que no encajaba en el rompecabezas de una declaración de amor sincero.

G- " yo, creo que.. te amo"

Sus palabras hicieron eco en la casa vacía y Ana no lo supo conscientemente pero lo percibió. Ese "te amo" sonaba igual de vacío que el que escuchó de su papá a su mamá aquella vez.