El Arte De Negar - Todxs tenemos un Innombrable

125.

Cap 125 #ElArteDeNegar
#BRC Madrugada Día 3
"Querido Diario:
Alejandra -¿Se puede?
Era mi vieja.
A -No
Ale -Dale hija
A -¿Qué hacés acá?
Ale -¿Me dejás pasar?
A -Prefiero estar sola.. andá a descansar si no vas al boliche.
Ale -Mirá que tengo la llave para entrar pero prefiero que me abras vos.. Sentí que no tenía mucha opción así que le abrí la puerta y vi que estaba un tanto nerviosa y sostenía con sus manos ¿un termo y un mate?
A -¿Qué hacés con eso?
Ale -Siempre te veo con esto.. pensé que ¿podríamos tomar uno juntas?
A -¿Y desde cuándo tomás mate vos?
Ale -¿Desde hoy?
A -No quiero hablar de Gael eh.
Ale -OK, de eso no se habla.
A -Seguro Tati ya te buchoneó todo igual ¿no?
Ale -Tal vez.
A -¿Pensás que debería hablarle?
Ale -No se, de ese tema dijiste que no ibamos a hablar..
El solo hecho de recordar me producía tristeza.
La miré con un poco de odio y una semi risa.
A -En serio mamá no te preocupes ya se me va a pasar.
La verdad es que me sentía entre incómoda y desconcertada. Para que entiendas, mi vieja siempre fue de esas mamás que pareciera que todo "les chupa un huevo". Se que me quiere y que tiene su forma MUY PARTICULAR de demostrarlo pero a veces es tan liberal que se va al carajo en desaparecida. Como no quiere influir ni joder ni prohibir, termina yéndose al extremo de que a veces pareciera que se olvida que tiene hijos a cargo. La libertad es traicionera. Es esa esa golosina que te encanta pero que si te la dan por demás te termina empachando. Porque te gusta tanto que no podés racionarla y, si la tenés a tu disposición, la malusás.
Mi mamá es de esas que demostran su amor "dejándote ser" sin darse cuenta de que a veces los hijos estamos pidiendo a gritos que nos caguen a pedos, que nos frenen, que nos acopañen más.
En fin ¿Ahora entendés por qué me sorprendí tanto al verla caer sola en mi habitación con ánimos de charla y actitud de confidente?
Como vi que no parecía tener intenciones de irse, decidí seguirle la corriente y empezar a armar el mate. Al menos me servía para distraerme y no pensar en los dos cuernos que me estaban decorando la cabeza.
Ale - Ana, ¿Te conté alguna vez mi historia con el papá de Ely?"