Capítulo 6.

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Hola xx cómo este capítulo es más corto, subiré otro ahora :3 Disfrutenloooo.

CAPÍTULO 6.

Volvía a hacer calor. Mucho calor. Sentía como su cuerpo ardía, y tenía la necesidad de eliminar toda la ropa que le cubría. Necesitaba deshacerse de todo lo que le envolvía. Se sentía asfixiado, acalorado...

—¡Harry, por favor!—Harry abrió los ojos sobresaltado por el grito de su madre que le había estado intentando colocar el termómetro.

—Ah, lo siento, mamá.

Ella relajó su ceño fruncido y acarició el pelo rizado de Harry, asintiendo.

—Tienes fiebre. Llevas así toda la noche, y toda la mañana. Cuando llegue tu padre, te llevaremos al médico.

Harry miró el reloj. Las 18:30. ¿LAS SEIS Y MEDIA DE LA TARDE? Llevaba más de un día dormido, exceptuando los minutos que había ido a beber agua.

Este intentó levantarse, cosa que su madre impidió.

—Estate tranquilo. Papá llegará en unos minutos.

El hospital estaba a una media hora en coche. Una de las recepcionistas les había dado número y guiado hasta la sala de espera. Era una sala amplia, con sillas lo suficientemente incómodas como para que más de una persona estuviese de pie, andando de un lado para otro. Harry decidió sentarse en unas cercanas a la puerta de salida, donde daba un poco más el aire, y esperó observando las blanquecinas paredes.

—Buenas noches, doctor—dijo su padre con su tono de voz grave a la vez que estrechaba la mano con el hombre que estaba al otro lado del escritorio. Harry estrechó la mano que el doctor le tendía.

—Bien...¿qué les pasa?

—Desde ayer me encuentro mareado, con náuseas y dolor de cabeza intenso. Además se añade a esto una sensación continua de calor.

El médico se quedó pensativo, mientras tanto, Harry se dedicó a mirar el despacho de este. Había varias estanterías llenas de cuadros, libros, y diplomas. Además, por las paredes, había certificados, y la orla de la universidad.

Uno de los cuadros de la estantería llamó su atención. Era un chico de unos ocho años de edad, no muy alto, ojos claros y pelo castaño y alborotado. Su corazón se aceleró un instante al encontrar el parecido, pero negó, desviando la vista hacia el doctor, nuevamente.

—Esos síntomas son de vértigo. Les pasa a muchas personas, y desgraciadamente, no hay tratamiento para eso. ¿Es posible que últimamente estés experimentando cosas nuevas?

Harry negó en un principio, pero luego, asintió, rápidamente.

—Sí... desde hace unos días sueño diariamente con mi madre... falleció hace...mañana hace once años.

El doctor se lamentó.

—Puede que esos sentimientos estén provocando estrés y de ahí la fiebre, nauseas, calor, etc. Lo que te recomendaría es unos días de reposo. ¿Haces algún tipo de deporte?

Harry asintió, mirando a su padre, que lo miraba preocupado.

—Fútbol, en la universidad de Doncaster.

—Oh, bien. Buena Universidad, y muy buen equipo... Mi hijo juega allí también. Supongo que lo conocerás.

La foto tenía parecido porque era él. Louis, Louis Tomlinson.

—No.—mintió Harry.— No sé a quién se refiere.

El doctor señaló la foto, y luego se paró, abriendo un cajón.

—Debe de estar...

En ese mismo instante la puerta del despacho se abrió, entrando el famoso capitán del equipo de fútbol de la universidad de Doncaster.

—Louis.

—Harry.

El chico de ojos verdes abrió mucho los ojos, sintiendo como el corazón volvía a latir apresuradamente.

—Disculpad... Yo...—Louis miró a su padre. Este simplemente sonrió.

—Bueno, este es mi hijo.

Harry miró al doctor Tomlinson, y luego a Louis. Asintió.

Louis, tras un silencio algo incómodo, cerró la puerta y se fue.

—Bueno, como iba  diciendo...será mejor que te tomes unos días de reposo, y ya me irás contando cómo van evolucionando esos síntomas. Le pediré a mi hijo que cuide de ti—rió levemente, y su padre agradeció la atención que había puesto.

—Hasta luego, doctor Tomlinson.

—Llámame Robert.

Harry asintió y salió del despacho algo nervioso.

Una vez fuera del hospital esperó a su padre cerca del coche. La noche era fría, pero lo agradecía, ya que así la sensación de calor era menor.

—Eh, Harry.

Reconoció la voz al instante. Se giró para encontrarse de frente con los ojos azules de su compañero.

—Louis.

—Sí, bueno, ¿quién si no?—pudo ver como en su rostro se dibujaba una sonrisa. Y qué sonrisa...— Debo decirte que me preocupé al ver que no viniste al entrenamiento. No sabía que estabas enfermo. ¿Estás ya mejor?

Harry asintió. Estando a su lado estaba mejor... <<¿Pero por qué piensas eso, Harold? >> se regañó a sí mismo.

Louis asintió, imitando el gesto de Harry.

—Me alegra saberlo. Espero verte en los entrenamientos pronto.

—Sí. Nos veremos.

En ese mismo momento llegó su padre, quién saludo a Louis. Este se despidió de ambos, y corrió hacia el hospital.

 

Everything about you ♥ Larry Stylinson |Niam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora