❣ Capítulo 2 ❣

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(Narra Franheska)

Llegué al instituto y todo seguía como siempre.Las chicas populares a la entrada del salón con sus libros en la mano con cara de "soy una zorra, pero estudiosa". Llevaban falditas tan cortas que un soplido dejaría ver a cualquiera el mayor de sus secretos. 

Secretos no tan secretos por cierto.

En fin, eso jamás cambiaría y supongo que en todos los institutos deben existir chicas así. Por  otro lado estaban los chicos, algunos populares y otros no tanto, pero adivinenn quién era el rey de los mas deseados. El afortunado era el líder del equipo de futbol, muy guapo en verdad, pero si conversabas dos minutos con él o tan solo lo escuchabas hablar con otros, podías darte cuenta de que sus neuronas no hacían sinapsis, a menos que, se tratará de futbol, chicas desnudas o sexo con estas chicas.

Entré en el salón donde tenía una clase de Literatura con la profesora Claire. Me senté al final del salon en una esquina, donde me sentaba siempre para pasar desapercibida y crear mis teorías sobre las existencias vampíricas en silencio y total concentración.

Cabe decir que amo el dibujo y siempre he dibujado a un chico con un cuerpo escultural y cabello ondulado que había visto en alguno de mis sueños, pero por alguna razón jamás había podido ver su rostro. Cada vez que intentaba acercarme a él para que se volteara y pudiese verle éste corría de mi sin razón alguna, pero bueno, solo era un sueño que se repetía muchas veces y que me obsesionaba, nada importante supongo.

Llegó la profesora y todos se sentaron intentando no llamar la atención para que no los sacara delante a leer su ensayo, pero por supuesto, ella tenía el fabuloso don de lograr que se burlaran todos de mi y así  salir de cada clase con aire victorioso, porque sus alumnos habían prestado atención a su clase. Clase que por supuesto sería animada una vez más por mí al hacer el ridículo.

Pasé al frente e hice el ridículo que todos esperaban, pero esta vez no le tome mucho asunto y solo volví a mi asiento pensando en que en unos días más ya no vería a ese grupo de idiotas con cerebro de paquete.

(...)

De camino a casa cuando bajé del autobús pude ver a lo lejos un chico muy parecido al que veía en mis sueños, llevaba una chaqueta negra y unos jeans oscuros. Era alto y se notaba de muy buen cuerpo, sus rizos eran hermosos, tal cual los veía en mis sueños. Quise avanzar y verlo, pero antes de que me decidiera el chico ya estaba subiendo a otro autobús.

Lo de tortuga indecisa no me lo cambiaba ni Dios, eso podía apostarlo con mi vida, pues sé que ganaría la apuesta.

Cuando llegué a casa vi en el suelo muchas cajas con nuestras cosas, mi madre ya había comenzado a empacar y por alguna extraña razón me sentí feliz, como si algo en mi me digiera que todo cambiaría. Fue así como pase el tiempo que quedaba para poder viajar a California e instalarnos allí de una vez por todas.

Sangre SalvatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora