❣ Capítulo 26 ❣

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(Narra Karl)

Estabamos amarrados a un tronco que se encontraba en medio de la aldea y a nuestro alrededor los brujos decían cosas que para mí no tenían sentido alguno.

George a lo lejos me miraba minuiciosamente cuando uno de sus hombres se acerco y le dijo algo al oído, se levantó de su silla y corrió al refugio donde se encontraba quien al parecer era su hija.

El hombre que me culpo de haber sido yo quien había dejado a esa chica en ese estado se acercó a mi con una cuchilla en su mano y la posicionó en mi cuello. Lentamente comenzó a cortarlo y mi sangre salió sin contención. Los brujos gritaban de alegría y otros se reían con odio. Luego fue por Bech y repitió el acto. Perdí la noción del tiempo y las imágenes de Franheska venían a mi mente como una lluvia de estrellas, uno tras otro.

Sentía el dolor del corte que tenía en el cuello y de la puñalada que ahora me habían propinado en mi pierna derecha, grité, pero no del dolor físico sino del dolor que me causaba no poder salvarla, como ella lo había hecho conmigo. 

Su estado actual era mi culpa, si ella no hubiese intercedido yo estaría muerto, pero ella podría estar con Sam y Matt. 

La que era mi oportunidad de salvarla la había desperdiciado por salvar la vida de una mujer que nisiquiera conocía, fuí un idiota egoísta.

Mis últimos alientos ya se agotaban y el conocimiento ya estaba a un paso del inconciente, pero en la lejanía frente a mí podía ver como el lider agitaba sus brazos, aunque no lograba escuchar que decía, entonces todo fue negro y un ensordecedor sonido.

(Narra Franheska)

He comenzado a preocuparme por Karl, por mas que le he preguntado a Sam o Alex solo me dicen que Karl les pidió que no dijiesen nada, inclusive los padres me respondían de igual manera. No soy bruja, pero algo me dice que las cosas no marchan bien.

Su teléfono sigue apagado y no le conozco lo suficiente como para inducir lugares en los que podría encontrarse, por ahora solo podía seguir asistiendo al insntituto y cruzar los dedos por encontrarlo en la cancha donde suele ir.

Después de lo sucedido con Sam habíamos quedado en no hablar más de aquello y dejarlo solo para nosotros, aunque Alex algo sospechaba. Las clases de teatro se habían vuelto la excusa de relacionarnos físicamente con Sam, sin tener que sentir alguna especie de culpa. 

Los besos que debíamos practicar eran los mas reales que alguien podría realizar. La pasión de cada uno era palpable para cada espectador y el profesor nos hacía saber aquellas cosas que les provocabamos, al final de todo él había atinado en elegirnos para representar Romeo y Julieta. 

La cancha se volvió mi lugar de encuentro con Sam y de vez en cuando me invitaba a su casa aunque no entrabamos a su cuarto por miedo a que la pasión entre nosotros volviera a florecer.

(En la noche...)

El sueño me estaba matando, los ensayos cada vez se volvían más agotadores y a veces llegaba a pensar en retirarme, pero eso significaría que alguien más tomaría mi lugar, lugar que de suerte me había tocado debido a que la otra chica se había lesionado y yo era su reemplazante.

Pensé en ducharme, pero con suerte me podía los pies y decidí solo cambiar mi polera y quitar mis pantalones para dormir.

Mi sueño estaba a segundos de raptarme cuando sentí sus manos en mi cintura y su suave respiración en mi hombro, no tuve que girarme para saber quien era, pero pensar como había llegado aquí sin darme cuenta me daba escalofríos

—Necesito contarte algo cachorra- dijo Sam en un susurro

—¿Como haz llegado hasta aquí sin ser visto?- dije mientras acariciaba la mano que posaba en mi barriga.— Debes enseñarme, mira que la próxima vez seré yo quien te sorprenda de esta manera -comenzó a reir

—No creo que puedas, pero será divertido verte intentarlo

Me gire para verle a la cara y allí encontre sus profundos ojos y sus seductores labios. Nos quedamos unos minutos viéndonos a la cara mientras él acariciaba el borde de mi cintura y yo acariciaba desde su mentón hasta su cabello sin perderme detalle alguno.

—Debemos hablar - dijo viéndome con ternura y una pizca de miedo

—Digas lo que digas no arruinará el momento - dije segura de mis palabras.

Sam se levanto de la cama y yo me senté en la misma.

—Comienza a hablar cachorro -así le llamaba ahora, por los ojitos que ponía cada vez que intentaba hacerme reír. —Quiero dormir sientiendo tu calor en mi espalda

Sam se puso frente a la ventana viendo hacia los árboles y comenzó a hablar.

—¿Recuerdas a Matt? -dijo a lo cual respondí que si.

—¿Crees en seres que son diferentes a los humanos, pero tienen igual apariencia?

Esto comenzaba a incomodar, pero volví a asentir con la cabeza y el siguió hablando

—Yo nací en un pequeño pueblo escondido entre las montañas, mis padres eran dos campesinos que aprendieron y me enseñaron a vivir con lo que la tierra los entregaba, eran tiempos dificiles, las batallas poco a poco iban aumentando y con ello los asesinatos así que mis padres me apartaron de todo aquello, pero un día - Sam bajo su mirada —unos extranjeros llegaron a nuestro pueblo, yo apenas tenía 10 años y aquellos que parecían gente amable acabaron con cada corazón que palpitaba allí, incluido el mío. -dijo viíndome a los ojos.

Sam no era claro con lo que decía, como podría explicar que me estuviese hablando si supuestamente le habían destrozado el corazón o ¿fue una metáfora?. 

Mi única respuesta lógica se tornaba poco real, tantos años creyendo en los vampiros y cuando pensé que todo podría dejarlo atrás aparece un chico por el que comenzaba a sentir cosas,insinuando que era uno de esos seres o algo similar. La piel se me erizo de tan solo pensarlo, pero entonces Sam siguió hablando

—Por alguna razón ellos me permitieron vivir, pero a cambio quitaron todo rastro de humanidad en mí y me convirtieron en lo que vez

Sam me dejo ver sus colmillos y entonces recordé aquella noche en que nos acostamos y sentí un cosquilleo en mi cuello que me había llenado de placer. Casi como un reflejo tome las sábanas y me cubrí con ellas intentando poner una barrera mas entre él y yo.

—No me temas -dijo Sam alzando ambas manos hacia mi y entonces alguien toco a mi puerta. Sin darme cuenta, cuando volví a ver hacia mi ventana Sam ya no estaba.

*Ya era hora de sacar la verdad a la luz, pero ¿Cómo reaccionará Franheska ante esto?...

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:3 *








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