(Narra Sam)
Sabía que no sería facil, pues nadie la conoce mejor que yo y eso será algo que usare a mi favor sin importar cuando.
Se veía tan hermosa mientras su mirada se perdía en el infinito cielo, por lo que me pareció inapropiado distraerla con mi despedida y solo me levanté evitando causar mucho ruido.
Debía hablar con Bech, el día se acercaba y era mi última oportunidad o mas bien nuestra última oportunidad de volver a la normalidad dentro de nuestras posibilidades.
Había quedado de juntarme con Bech en la colina Mukra y como es de costumbre siempre llegaba tarde.
Cuando al fin tuvo la decencia de aparecer pude ver su cara de agotamiento, cargaba unos jeans sucios con manchas algo oscuras y su camisa rasgada, pero llamó mi atención la forma en que hacía presión en su antebrazo derecho. Una vez que estuvo un poco mas cerca la luz dejó en claro la sangre que emanaba de su amarra y el dolor que eso le causaba, corrí hacia él y cayó al suelo perdiendo el conocimiento.
La herida en su brazo era poco profunda, pero había perdido mucha sangre y lo lleve a mi casa para poder ayudarle, los hospitales para nosotros no eran opción y debíamos sobrevivir por nuestros medios. Así fue como llegamos a mi casa y lo subí a mi cuarto sin que alguien pudiese verme, Bech no era muy querido por mi familia por sucesos desagradables en los tiempos de su adaptación y aunque me dejarían tenerlo se generarían problemas que ahora prefería evitar.
Cuando comencé a limpiar la herida de Bech en su antebrazo pude notar que lo que había provocado ese sangramiento eran garras, pero no garras de un animal sino garras de uno de nosotros y estas eran peculiares ya que dejaban a su alrededor una intensa marca de color negro, casi como si aquello se estuviese tranformando en un tatuaje. Aquella era la marca de los Transgrand y ese apellido no traía más que malas noticias.
La noche paso y como era de costumbre no pude dormir, esto no me afectaba como a los humanos, pero a la larga provocaría mi debilitación y no era conveniente a puertas de una posible guerra.
—Sam debes sacarme de aquí - murmuró Bech apenas despertó
—¿Qué fue lo que sucedió con los Transgrand?, ya vi su marca en tu antebrazo, quiero saber porque eres un marcado - dije pensando que estaba preparado para lo peor
-Eliminé el sello de olvido que los Transgrand pusieron sobre mi hermana y eso los enfureció, ya sabes que eso rompe nuestras reglas.
Escapé durante mucho tiempo, pero me encontraron y de no ser por Karl jamás hubiese escapado, ahora es probable que esten en camino y no quiero causarte problemas. Solo vine para avisarte que sí existe la forma de revocar el sello, pero debes acudir con el lider de los brujos, él pudo y puede lograrlo, pero no será fácil convencerlo.
La palabras de Bech eran todo lo que necesitaba, pero como bien me dijo Bech no sería nada fácil.
Los brujos son humanos con una especie de don para contactar a los espiritus según sus propias palabras, pero además tienen la capacidad de dominarnos con tan solo una mirada. Así como nosotros podemos controlar la mente humana, ellos inhiben aquello y a cambio son ellos quienes pueden controlarnos a nosotros, lo que nos deja en una desventaja total.
Tenemos por más de un siglo un tratado con ellos en el que dice que ningún brujo puede manipular un vampiro a cambio de que ningún vampiro ponga un pie en sus tierras, ni un colmillo en alguno de su comunidad, ya sean brujos o humanos corrientes.
Bech había violado este tratado y ademas había acudido a la ayuda de uno de los brujos para poder quitar el sello de olvido el cual hacía que todo lo vivido fuese archivado en algun lugar del inconciente y en reemplazo se tomara la conciencia de otro ser humano.
ESTÁS LEYENDO
Sangre Salvati
VampireMe hacía sentir tantas mariposas en el estomago y luego el calor de sus labios sobre los míos, pero aquella no era yo, aquella no era mi vida. Los recuerdos volvieron y la realidad ante mis ojos apareció. La venganza no había concluido y la destrucc...