(Narra Karl)
La vida entre los brujos es extraña y pensar que fue aquí donde estuve a punto de morir.
El hombre que me había acusado de haber sido yo quien le habría causado ese daño a la futura lider de los brujos fue asesinado bajo mis colmillos. George me lo permitió como una indemnización ante el maltrato que había sufrido por su culpa y además de eso nos había perdonado la vida junto a Bech.
Por alguna extraña razón George no me dejaba ir y a cambio me daba trabajos que para humanos serían pesados y dolorosos, pero éste no era mi caso.
Me encontraba en el cuarto que me habían dado para descansar esperando un nuevo día de arduo trabajo, pero a cambio entraron dos bellas mujeres seguidas por George.
—Buen día Karl, he traído para ti estas dos hermosas brujas.- dijo señalando hacia las mujeres —alimentate
Estos días en la aldea a pesar del mal entendido que casi me cuesta la vida, me habían tratado con respeto y case como si fuese uno de ellos. A pesar de aquello mi corazón no estaba tranquilo sabiendo que Franheska aún no volvía a su realidad, aquella que la hacía feliz. Además era extraño que el mismo lider viniera y me ofreciera sangre de su propia gente, lo que me hizo sospechar y no acepté.
—Muchas gracias George, pero me siento bien alimentandome de animales.- mentí — No suelo alimentarme de humanos o brujos, aún menos cuando me han hospedado tan bien -algo de esto último era mentira y él lo sabía
—Esta bien Karl, puedes tomarte el día y salir a cazar para que te alimentes. Cuando regreses acercate a mis muros y hablaremos acerca de lo que viniste a buscar y lo que pediré a cambio - dijo con voz calmada
Me limité a asentir al último mandato de George y salí en busca de Bech.
Lo conocía tan bien que sabía lo ocupado que estaría con las bellas brujas, bebiendo su sangre envuelto en intenso placer, asi que mejor me limité a ir solo de caza.
Nuevamente me encontraba en el bosque acompañado de la tranquilidad en él. Podía escuchar los animales moverse y elegí uno que daba pasos pesados aludiendo a la poca rapidez que tendría para correr. Yo no me encontraba en condiciones de atrapar un animal que corriese a toda velocidad, primero necesitaba alimentarme.
Estaba acechando un puerco y lentamente acortaba nuestra distancia hasta que ví la oportunidad y me lancé sobre él buscando su cabeza y separando su cuerpo de ella. Escuché un grito femenino, miré frente a mi y nada, luego miré a mis lados y nada, pero cuando vi hacia atrás una bella mujer se encontraba viéndome algo asustada, esa mujer era la hija de George, aquella por la que casi muero.
—Yo yo -miró al suelo apenada —lo siento, no quería - la interrumpí
—Pierde cuidado, solo me encontraba cazando, lamento que hallas precenciado esto - dije enseñandole la cabeza del puerto que se encontraba en mi mano, poco elegante lo sé
—Yo no debí haberte seguido - dijo viendo al suelo mientras rascaba su cabeza y reía como los dibujos animados "je je je je", debía admitir que era adorable haciendo eso
—¿Puedo ayudarte en algo? -dije intentando cambiar el tema y dejando atrás su verguenza
—Am si, te quería dar las gracias por salvarme de ese pelafustan y bueno quería dartelas en persona, aunque sé que no borrarán lo sucedido - me vió triste a los ojos
—Um no sé, existe una sola forma de disculparte - dije provocando que ella me viese con curiosidad
—¿Qué puedo hacer? - dijo espectante
—Debes llevarme a pasear por los lugares lindos que estén cercanos a la aldea - dije mostrando mi mejor cara
—Pero podría llevarte a conocer lejos igualmente si quieres - dijo complacientemente
—¡Oh no!, si me llevas lejos quizas tu padre decide que desangrarme sea lo correcto nuevamente y no quiero perder mi cabeza -dije sacando mi lengua en imitación a un muerto y ambos estallamos en carcajadas.
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Sangre Salvati
VampireMe hacía sentir tantas mariposas en el estomago y luego el calor de sus labios sobre los míos, pero aquella no era yo, aquella no era mi vida. Los recuerdos volvieron y la realidad ante mis ojos apareció. La venganza no había concluido y la destrucc...