❣ Capítulo 4 ❣

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(Narra Franheska)

Ya llegamos a California y era más lindo de lo que imaginaba, por lo que siento que las cosas marcharán bien.

Mis padres ya me enseñaron nuestra nueva casa y es enorme, casi como esas casas que salen en las películas. Tiene un montón de habitaciones y realmente no comprendo la razó, si tan solo somos 3 personas, pero en fin alguna razón tuvieron que tener al elegir este sitio.

Cuando salí al patio quedé completamente congelada. Nuestro patio era un bosque completo y al decir esto no exagero, al comienzo estaba el césped recién cortado y en medio un camino de piedras pequeñas que llevaba hacia el bosque, a medida que entrabas en él los árboles se hacían más grandes hasta un punto en que ya no lograbas ver su punto más alto. No pude indagar mucho más porque podría perderme así que opte por regresar a casa.

Cuando miraba la casa desde fuera podía ver enormes ventanales como los que tenía en mi cuarto anterior, pero esos daban a mis edificios vecinos, sin embargo, los ventanales de mi nuevo cuarto daban a una pequeña casa que se encontraba a lo lejos entre todos esos árboles, y aunque era antigua tenía algo que la hacía muy atractiva.

(...)

Pasó la tarde y me sentía muy cansada, habíamos estado ordenando desde que habíamos pisado la casa y como ésta era enorme, los trayectos eran más largos. Con cada uno iba memorizando cada lugar de la casa y sus cuartos. En uno de esos viajes pude notar que uno de los cuartos tenía un cartel en su puerta que decía "ocupado" , me causo algo de risa debido a que éramos los únicos en casa pero no le tome mayor importancia así que solo seguí cargando las cosas al cuarto para ordenar luego.

Debía reconocer que me había esforzado en la decoración y ésta había rendido sus frutos, mi cama ahora de tamaño matrimonial, con una hermosa colcha de color blanco invierno y las cortinas color plateado que combinaban a la perfección con el muro y los muebles. Lo que mejor había quedado era el sofá que había puesto frente al ventanal, donde pretendía estudiar y realizar los dibujos que solían llevarme a otro mundo, aquel sofá estaba en perfecta posición para admirar la vista que tenía.

Llegó la noche y entré al baño que ahora tenía en mi mismo cuarto. Me dí un baño con agua caliente y estaba en la mejor parte cuando escuché que alguien había salido de mi cuarto, seguramente era mi madre que debió traer algo, ya que mi padre respetaba mucho mi espacio y no entraría sin antes golpear para que yo le diese mi permiso. No le tome mucho asunto a aquel suceso así que puse una de las toallas en mi cabello y salí con la otra alrededor de mi cuerpo. Una vez que estaba seca y con mi pijama lista para dormir me acosté y me dispuse a perder mi mente en esos mundos de los que me sentía completamente parte, mañana sería un nuevo día y aquel sería sólo mío, mi primer día de instituto...

Sangre SalvatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora