CAPÍTULO 2

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31 de diciembre del 2014 9:48 pm

Todo empezó cuando entré por las grandes puertas del hotel Hashive, la verdad estaba bastante entusiasmada porque era la primera fiesta de año nuevo a la que iba, además estarían ahí unas amigas que no había visto desde hace dos años, sería una noche increíble, lo podía sentir.

— ¿Samantha Stevens? ¿En serio eres tú? — gritó mi amiga con una copa en su mano
— Así es Ashley, cada vez me veo mejor — ambas reímos y nos saludamos, me llevó con las otras chicas y fue cuando supe que la fiesta había empezado.

El hombre que organizó la fiesta se llama Zack Wilson de 35 años, millonario, soltero, mujeriego, conquistador, empresario y un vil romántico.
Es el dueño de una de las empresas de fotografía más importantes que existen aquí en Nueva York y ¿por qué me interesa? Bueno además del buen e ilimitado licor que ofrece, también me interesa tenerlo en mi compañía.
Mi padre se jubiló hace 5 años y me dejo al cargo de su empresa de publicidad "Stevens Publicity" lo he manejado bastante bien pero desde hace un año persigo a Zack para tenerlo como mi fotógrafo, es caro pero tengo los fondos para costearlo. El problema es que varias compañías lo tienen en la mira, sin embargo soy la única que viene a sus fiestas y se lleva bien con él, lo cual me da puntos extras y diversión.

Después de unas cuantas copas con mis amigas, empezábamos a ponernos "divertidas" o como le dice la gente "borrachas" aún estaba consciente de lo que hacía y decía y así planeaba quedarme toda la noche.

— Gracias a todos por venir esta noche — dijo Zack por el micrófono del DJ, también estaba un poco pasado de copas — Solo para recordarles que yo no hablo de negocios en mis fiestas, si solo vinieron a eso mejor váyanse ya — dijo riéndose — ¡YO SOLO ME QUIERO DIVERTIR! — se bajó del escenario y abrió la pista de baile, todos lo apoyaron con aplausos y gritos.
Alice, una de mis amigas, veía de reojo cada que podía hacia la barra y antes de que le preguntara que era lo que robaba su atención me lo dijo:
— Sam ¿ya viste al chico de la barra? — me dijo emocionada —Cabello rizado y café, no ha dejado de mirarte en toda la noche — dijo sonriendo.
— Pues si quiere algo tiene que venir a buscarlo — dije coqueta, ese hombre era bastante atractivo.

La noche pasaba rápido, realmente me estaba divirtiendo, mis amigas estaban en la pista con unos chicos que habían llegado cuando yo estaba en el baño, maldecirlas era lo único que podía hacer.
Fui a la barra y pedí un cóctel, sentí una mirada y de pronto recordé al chico guapo que me miraba hace rato, voltee y lo vi sentando en el otro extremo de la barra, estaba con unos amigos, todos de traje, sin duda él era el más atractivo de todos ellos.
Me vio y yo aparté la mirada. Tengo que aclarar el hecho de que no estaba en mis cinco sentidos, así que era mala para fingir que no lo estaba observando.

Al poco rato sus amigos se despidieron y quedábamos solamente él y yo en la barra.
Una de mis amigas había vuelto a la mesa, así que yo estaba apunto de ir con ella cuando una voz me detuvo.

— Me llamo Harry — dijo sonriendo de lado, su voz era ronca y grave pero podía notar como traía unas copas de más al igual que yo.
— Samantha — le dije sonriendo
— ¿Te invito un trago Samantha?
— Son gratis Harry — dije burlona
— Eso ya lo sé, pero así se inician las conversaciones cuando ves a una chica linda en la barra. — no pude evitar sonrojarme y seguirle el juego
— Esta bien Harry, invítame otro de estos — reí mientras movía mi copa

Y no sé cómo pasó... Bueno si lo sé, pero no me di cuenta. Tragos, cócteles, shots y coqueteos nos hicieron terminar en mi departamento.
Es un excelente besador... Bueno sabe usar su boca en general, es lo único que les diré.

01 de enero del 2015

Una brisa fría me despertó, abrí los ojos y me di cuenta de que tenía un hombre desnudo a mi lado. Luego vi que yo también estaba desnuda y mi me di golpes en la cabeza por la estupidez que había hecho... Otra vez.
Tome la cobija que me tapaba y me levante para cerrar la ventana, recogí mi ropa del suelo y después fui a bañarme.
Él no se movía en lo absoluto, sus sueños deben ser muy buenos.
Cuando salí del baño él ya no estaba en la cama, lo busque y lo encontré cocinando.

— Perdón por asaltar tu cocina pero mi estómago no iba aguantar a llegar al Starbucks de la siguiente calle. Como recompensa cocine para dos. — me dijo con una sonrisa nerviosa
— Solo espero que te quede sabroso — le dije divertida para que se relajara.
Me sirvió huevos revueltos con tocino y café.
— Mira nada más, quien lo diría
— Y tengo más talentos ocultos
Reíamos y hablábamos como amigos de toda la vida. Era realmente fácil hablar con él aún que no llevará camisa y su cabello estuviera ligeramente despeinado, lo cual lo hacía lucir increíblemente apuesto.

— No me odies pero no recuerdo tu nombre — dijo apenado
— Empecemos de nuevo porque sinceramente yo tampoco me acuerdo de nada. — ambos reímos
— Bueno, soy Harry Styles, tengo 26 años, tengo un perro, trabajo en un despacho de abogados llamado "Juhice"
— Así que eres de los buenos — Lo interrumpí impresionada
— De los mejores nena — me guiño el ojo y no pude evitar morderme el labio, espero que no se haya dado cuenta. — soy de Seattle y... — se detuvo a pensar en algo y luego continuó — Y... Vas tú.

— Esta bien, soy Samantha Stevens, tengo 24 años, soy dueña de "Stevens Publicity", no tengo... — su voz me detuvo
— ¿DUEÑA? No puedo creerlo, soy fan de su trabajo, nunca pensé que conocería a la dueña.
— Y qué mejor manera de conocerme ¿no crees? — sonreía divertido pero podía notar como mordía su labio inferior y para evitar sospechas le tomaba a su café. — bueno, continuo... No tengo mascotas y soy de Boston. 
— ¿Y qué hacías en la fiesta del gran Zack Wilson?
— Fui porque lo quiero en mi agencia, pero también fui para divertirme con unas amigas
— ¿Y te divertiste? — preguntó coqueto
— Bastante, la verdad no me lo esperaba — le conteste divertida — ¿Y usted abogado Styles? ¿Qué hacía en una fiesta de esas? — Le dije mientras tomaba de mi café con el meñique alzado
— Bueno, soy su abogado y amigo, así que solo me divertía con un amigo más en una importante noche de invierno. — se detuvo para mirarme un momento — feliz año nuevo, por cierto.

Ambos reímos y seguimos platicando de su trabajo y del mío, podía pregúntale cualquier cosa, por ejemplo; ¿qué lo había traído a NY? Y otras como ¿Cuál es tu color favorito?
Sentía ganas de saber todo sobre él, lo que le gustaba y lo que lo hacía enojar. Este hombre podría ser el indicado para mí.
— Demonios ya son las dos de la tarde, tengo que irme ya — se paró y buscó sus cosas en el suelo de mi habitación, terminó de vestirse y caminó hacia mí de nuevo.
— Realmente me la pase muy bien ayer y hoy, te dejo mi tarjeta para vernos otro día — Asentí y la tome — Nos vemos luego hermosa — me besó en la mejilla y salió.

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