CAPÍTULO 33

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Toda la luz de la mañana cae en mi rostro, muevo mi cuerpo para esquivarla pero no da resultado, no queda más que levantarme y cerrarlas. Abro mis ojos y busco el despertador, me sorprendo al ver la televisión y el sillón de mi sala.
Estoy acostada en la alfombra, buscó con la mirada al culpable de esto y está atrás de mi dormido, no parece importarle la luz que se refleja en su cara.

Me levanto y me tapo con una manta que siempre está en mi sofá, me acerco a la ventana y cierro las cortinas, camino por el lugar buscando mi celular hasta que lo encuentro dentro de mi bolso, el cual esta tirado en la cocina
Son las 8:00 am, una bonita mañana de sábado y un lindo trasero adornaba mi vista, no podía evitar verlo.

— Cuando nos casemos, todo esto será tuyo.

Me dijo con los ojos cerrados.

— Ayer dijiste que lo que tocara era mío.

Me sonrió, aún con los ojos cerrados

— Legalmente no es tuyo, pero tranquila yo te dejo que abras tus regalos por adelantado.

Sonrió pícaro y abrió sus ojos lentamente, dejando que sus bellos ojos verdes brillaran.

— Buenos días

Me dijo sonriendo al notar que yo no dejaba de verlo.

— Buenos días.

Sonreí y regrese a dónde estábamos antes, me acosté en el suelo y me enredo con su cálido abrazo.

A veces no puedo creer que este hombre sea mío, veo esos ojos que me miran como si fuera lo más hermoso en el mundo y me sonríe como si no quisiera alejarse de mi.
No sé que hice para ganarme un trofeo tan grande como este. Pero sin duda no lo dejaré ir, sería una estupida si lo hiciera.
Y es que lo veo y mi cabeza piensa tantas cosas, mi corazón palpita extrañamente, como si fuera a explotar de amor, en mi estómago se siente un cosquilleo y cuando me toca, ahhhh, ni cómo explicarlo, todo mi cuerpo arde de pasión.

— Te amo.

Recobre mis pensamientos y me di cuenta del tiempo que había pasado observándolo. 
Analice sus palabras, suena tan sincero, sus ojos brillan y su mano acaricia mi cabello.

— Yo te amo más.

No tuve necesidad de pensarlo, eso es lo que describe las sensaciones que me dan cuando lo veo... es amor.
Se formó una sonrisa en su cara y me besó la nariz, no me gustaría que este momento terminara.
Su mano seguía acariciando mi cuero cabelludo, lo cual hizo que cayera en un profundo sueño... de nuevo.

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