CAPÍTULO 35

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— ¿Por qué no me dijiste?

— ¿Decirte que?

— Sobre la prueba, no tenías que hacerlo sola.

— ¡Por que no lo sabía! Me sentí mareada, fui al doctor y me dijo sobre ésta posibilidad.

— ¿Y cuándo lo vas a abrir?

Me sonreía pero podía notar sus nervios.

— Podemos abrirlo ya... si quieres.

Ahora que está aquí me da mucho menos temor que antes.
Se acercó al sillón y ambos nos sentamos. Me ofreció el sobre pero deje que lo abriera él.
Empezó a trozar el sobre y luego se detuvo.

— Antes de que lo abra... te amo y esto no afectará en nada, sería un honor tener un hijo contigo.

— ¿Hablas en serio?

— Claro que si, ¡imagínate una mini Samantha! O ¡un mini yo!

— Serían hermosos Harry

— Él sería el capitán de su equipo, bueno con que este en el equipo de fútbol me basta y ella sería una hermosa porrista, la más guapa e inteligente.

Sus ojos sacan brillo y orgullo, ahora en verdad deseo tener hijos con él.

Le di un beso y comenzó a romper el sobre, desdobló la hoja y comenzó a leer en voz alta.

— Prueba HCG SUB BETA en sangre (prueba de embarazo): Negativo.

El silencio se adueño de la sala, algunas lagrimas resbalaban por mis mejillas y Harry solo veía el suelo. Luego se paro inseguro de lo que me diría.

— Voy por algo de comer.

Me dio un beso y se paro, no lo dejaría irse ahora, si nos queremos casar tenemos que abrirnos y dejar ver los sentimientos del otro.

— No, no te vayas, no ahora.

Me vio, regresó y me abrazo con fuerza.

— Algún día tendremos un hijo Samantha Stevens.

Me susurró al oído y comenzó a darme besos por todo el cuello y las mejillas.

— Ya hay que irnos a San Francisco Harry, nada nos detiene aquí, Blake ya se fue a Miami con su novio, ya está todo listo allá ¿Que esperamos?

Le dije viéndolo a los ojos, esperando un si inmediato.

— Porque todavía tengo que terminar con algo aquí.

— ¿Qué es que no puedes hacer allá?

— Es algo muy importante Samantha, no pudo hablar de eso contigo.

Abrí los ojos por la sorpresa

— ¿Cómo que no puedes hablar de eso conmigo?

— No me mal entiendas...

— Entonces explícame porque no se de que manera entenderlo. ¿Es trabajo?

— No, pero es que si te cuento arruinarás todo.

— ¿Arruinar todo? Gracias, mejor iré a dormir, es la única manera en que no arruino las cosas.

— Samantha...

— Háblame cuando puedas contarme todo.

Cerré la puerta de mi habitación y me  acosté.

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